Por: Darío Valle Risoto
¿Cuantos años trabajó mi padre?
¿Cuantos pisos trapeó mi madre?
Cuanta vida a cambio de mendrugos
de sol a sol, de luna a luna
de tristeza a tristeza
de desesperanza a desesperanza.
¡Cuanto robo armado!
¡Cuantas leyes repudiables!
Un estado inamovible de atropellos
bajo la niebla engañosa de la propiedad
y el refugio solidario del sindicato
como único horizonte
y cable a la liberación.
Pero habrá carneros y traidores
y obreros enemigos del obrero
tranzadores con gobiernos y lobos
y vendedores de almas
al precio inadmisible
de pedazos de papel.