Tuesday, May 20, 2008

Dicen que los poetas...


DICEN QUE LOS POETAS TAMBIÉN SE ENAMORAN
Por: Darío Valle Risoto

Cada vez que me enamoré sufrí como un perro, si es que los perros sufren, supongo que sí porque a veces lloran y yo también lo hice, a escondidas como solemos llorar algunos hombres, por temor a ser vistos y acusados de mariquitas, pero también los mariquitas son hombres por más delicados que se nos presenten, pero en este caso era una mujer la que me gustaba, nunca me gustaron los hombres, no lo digo para defenderme de nada pero... para evitar malos entendidos. Bueno, resulta que esta mujer era más tonta que un cumpleaños de quince o lo que es peor, más tonta que una de esas reuniones donde los novios se comprometen a casarse cuando luego puedan, siempre que la novia sea virgen porque sino dicen que es pecado, bueno, resulta que esta flaca era más tonta que una torta frita pegada en el cuello de la estatua de la libertad y además creo que era algo boba pero no es cuestión de andar hablando mal de la gente porque después queda uno como un divagador que se vuelve vengativo con las mujeres que lo dejaron a uno y no es de hombres vengarse de las que no nos quieren máxime cuando la mayor parte de las mujeres de la tierra no nos darían ni la hora, carajo, perdón. Entonces la flaca jugaba conmigo lo que es decir muy poco de mí mismo porque no se necesita demasiado esfuerzo mental para darnos cuenta que si era tonta y algo boba aunque no es cuestión de andar hablando mal, si jugaba conmigo, entonces por analogía o como quiera que se le llame el completo idiota era yo...ni más ni menos.

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