MONTEVIDEO ME MATA
Por: Darío Valle Risoto
Avenida Agraciada, siempre sucias sus veredas.
Mujeres gordas como chanchas comiendo y tirando envoltorios en cualquier parte.
Hijos inflados de grasas saturadas masticando alfajores símil chocolate.
Matrimonios hablando a los gritos, tipos inútiles que parecen payasos.
Colectivos que no paran donde deben y gente que cruza por cualquier lugar.
En diagonal, sin mirar, corriendo, despreocupados de que los atropellen.
Mujeres infanticidas llevando cochecitos de bebes contra la calzada.
Bocinazos, saludos y policías que parecen planchas.
Planchas que parecen seres humanos.
Vendedores de películas truchas y discos de Juanes.
Autos con la pachanga a tordo trapo estacionan y parecen una fiesta.
Asoman anillos de oro falso y collares de fantasía.
Una puta me saluda en la esquina, es la única mujer vestida decentemente.
Tres muchachas gordas, una embarazada que tendrá quince años.
¡Dale boluda!
Miro a los viejos caminar asustados.
Un gordo enorme de chancletas corre atropellando gente.
Otro tipo tira yerba contra una columna.
Un perro arrastra una bolsa que huele a podrido.
Avenida Agraciada, siempre sucias sus veredas.
Pienso en que todo podría ser mejor...
Pero solo soy un extraño en tierra extraña.
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