Por: Darío Valle Risoto
Tiembla de frío y ve a la tristeza
muerte afiebrada y reseca
confín de un día nublado
presagio manifiesto de la sed
pausa arriesgada entre el conflicto
Cielo, maldito cielo
Infierno, cobijo, padre infierno.
Un demonio sonriente respira
entre tus piernas de niña
sobre tus pechos de mujer
y abre una línea de sangre
que te estremece como a un ave.
¿Porque me abandonaste madre?
Errática madre del miedo
que te dijo todo lo que no debes
y todo lo que tienes que sufrir.
Ahora recorres las tumbas inmortales
nacarados pasillos del colmillo festivo
y mares calientes de sangre adolescente
fieras de la carne, vida a la vida
muerte a la muerte
vampira
vampira y adolescente.
Yo te invoco y te ofrezco
la oscura inmortalidad...
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