Sunday, May 8, 2011

Un cuento para el Papa

Un cuento para el Papa
Por: Darío Valle Risoto


Seguro que siempre es mejor compartir la locura colectivamente que ser un loco anónimo o al menos pertenecer a una minoría, pero el tema del catolicismo y toda esa parafernalia de hipocresías es tan grande que ya es demasiado.
Un panteón de dioses disfrazados de santos, beatos y concubinos del señor vienen a ocupar el lugar del politeísmo y así nos venden el monoteísmo con trampa porque yo ya estoy cansado de ver estampitas de multitudes de santos, vírgenes y mártires de Jesús que me parece que le sacaron el primer puesto a los Griegos y los Egipcios en el tema de las deidades.

Para colmo hay un país todito para ellos y cada tanto se flipan con subir al cielo por el conducto directo a algún pelotilla, en este caso le tocó al Polaco y bueno… debe haber lugar en dicho paraíso aunque realmente espero que se encuentren con Bin Laden a ver como la pasa. Ah…, no, me acaban de informar que los cielos musulmanes están un poco por debajo de los cristianos y que no se comunican para que no haya lío, al menos estos tienen mujeres porque ya sabemos que las mujeres cristianas se van todas al infierno.

Un Historia real
Por: Darío Valle Risoto


Un curita estaba caliente como un chivo con una mina de su parroquia, esto sucedió en un pueblito del interior, no sabía como entrarle a la mina que se creía en serio lo de la Biblia y todas esas paparruchadas, un domingo de confesión le dijo a esta hermosa feligresa de unos veinte años, virgen y bien formada que tenía que ayudarle.
__ ¿Yo a usted padre?
__ Si mi querida María, debo confesarte a ti que tengo el diablo adentro y que solo tu con tu pureza podrías devolverlo al infierno donde pertenece.
__ ¡OH cielos!  __Exclamó la chica y volvió a exclamar lo mismo abriendo su boca inmaculada cuando el padrecito se levantó la sotana y le mostró al diablo erguido que tenía entre las piernas.
__ ¿Cómo le podré ayudar padre bendito?
__ Muy fácil mi niña, deja que yo meta al diablo en la puerta al infierno que tu tienes entre tus piernas y que el señor ha colocado allí para estos menesteres y verás como el diablo se apacigua.
Ella se levantó las bragas y el padrecito metió el diablo que parecía a punto de explotar.
__ ¡Como duele padrecito!, ¡Mire como sale sangre!
__ No te preocupes mi niña __ Le dijo con la frente perlada de sudor y un hilo de baba blanca que bajaba por sus labios finos. __ Pronto el diablo estará apaciguado y tu habrás hecho una gran obra por nuestro señor Jesucristo que está mirando desde el cielo.

Y así fue como el diablo casi desaparece dentro del infierno y la dulce jovencita volvió a casa dejando al cura dormido en el confesionario.
Dicen que como buena cristiana volvía casi a diario para meter al diablo en el infierno, tan así que el padre murió a los seis meses de tuberculosis y ella tuvo que viajar a otras parroquias a seguir cumpliendo con su misión de fe.

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