Vecinos ¡Como los quiero!
Por: Darío Valle Risoto
Dicen que algo se ha perdido y que ahora la gente ni se saluda, que hubo otros tiempos de vecinos solidarios casi de la familia que vivían para darnos una mano o acompañarnos también, porque no, en las buenas.
De todas maneras haciendo un balance en mi larga vida rodeado de gente, por vivir primero al final de un largo corredor con ocho apartamentos y hoy día desde hace casi treinta años en un enorme edificio con muchos más vecinos puedo asegurarles que aunque sean lo mejor del mundo los vecinos: preferiría vivir en medio de una manzana rodeado de un foso habitado por cocodrilos hambrientos antes que tener que soportar la cercanía de mis semejantes.
Por lo tanto voy a enumerarles al menos 10 tipos de personas que suelen rodear nuestras vidas rompiendo con nuestra rutina:
1-La vecina chusma
Vive todo el día limpiando, barriendo el frente o simplemente parada esperando que pase alguien, sabe todo de todos y sino lo inventa, es testigo de asesinatos, cuernos, dislates y borracheras y nunca sabremos de que mierda vive esta vieja que parece tener todas las condiciones para trabajar en la CNN o el FBI pero lamentablemente la tenemos cerca de nosotros que soñamos con ser absolutamente anónimos y nos importa un carajo si el vecino trolo hace el amor con su chihuahua.
2-Los nenes híperquinéticos
Adorables hijos de una gran puta que se la pasan gritando, tirando piedras y/o jugando al futbol con las consiguientes pelotas que se estrellan en puertas, ventanas, plantas y mascotas. No paran de jugar todo el santo día y creen contar con su pequeña estatura y sus cortos años para no recibir una buena pateadura, generalmente tienen madres con pelotas de titanio que suelen soportarles todo como si fueran angelitos, yo recomiendo el pellizquito fino al saludarlos o regalarles un alfajor envenenado.
3-Los adolescentes excitados
Los niños crecen y antes de transformarse en seres humanos pasan por la etapa de la adolescencia, la mayoría de ellos no molestan mucho porque se la pasan masturbándose en el baño pero algunos espabilados consiguen novia y entonces aprietan, se restriegan y dicen tonterías apoyados contra todo elemento que les sirva de sucedáneo de una cama. Generalmente lo hacen contra nuestras puertas con el consiguiente y molesto momento de no poder salir ni entrar de casa sin cortarles sus eyaculaciones precoces, para peor las guachas que tienen por novias están que se parten.
4-El vecino futbolero
No importa si es hincha de tu mismo cuadro o no, de alguna manera este gordo imbécil se cree que vos tampoco tenés vida y que vivís permanentemente pensando en el futbol, no sabe hablar de otra cosa, grita como un desaforado con cada gol y se calienta con las derrotas como si se acabara el mundo para colmo siempre se las ingenia para agarrarte por el camino para hablarte de si vendieron o no a tal centrodelantero mientras vos estás pensando en otras cosas. Te deja pegado acompañándote por la calle vestido con los colores de su cuadro y lanza todo tipo de exabruptos contra los contrarios con la libertad de su retardo emocional evidente. Si se le rompe la tele ni se te ocurra que venga a tu casa a mirar el partido porque no te lo sacarás más de encima, mejor regálale tu aparato.
5-El Disc Jokey del subdesarrollo
Este vecino, generalmente se trata de un hombre ya grande, se compró el último archi reproductor de veinte bandas marca: Chinapón M.K. 9000 y entonces abre las ventanas y lo pone a todo trapo para que el barrio entero corrobore que es un auténtico grasa que se cree que Los Auténtico Decadentes hacen música y que poniendo toda su discografía patética en Mp3 durante nueve horas al día la gente lo va a admirar. Por supuesto que esto lo puede hacer desde los domingos a las siete de la mañana hasta en medio de la semana a las once de la noche, con total impunidad esperará a que vengan a pedirle autógrafos porque a todos nos solaza con su mierda de gusto creyendo que es un verdadero genio. Una buena idea sería quemarle su casa con el adentro.
6-El buen marido
Este no es un cornudo que se va a la cancha mientras entran los amantes de su mujer (Que son varios), este ama su hogar y le gusta tenerlo bien prolijo. Por lo tanto todos los santos días tiene alguna reparación que hacer que va desde clavar clavos para cuadros y adornitos de porquería hasta arrastrar muebles para reparar bisagras, puertas, etc. Generalmente hace estas cosas bien tempranito jodiendo de lo lindo y hasta se da el lujo de pedirte prestadas herramientas cuando salís a clavarle un destornillador en medio del culo porque te acostaste a las once, te debes de levantar a las seis de la mañana y el pelotilla comenzó a taladrar algo a eso de las dos y media de la madrugada.
7-Los Testigos de Jehová
Son una buena familia, todos limpitos, parecen los Flanders… ese es su principal problema, son tan buenos que debemos odiarlos para no terminar golpeando puertas por todo el territorio nacional jodiendo a la gente con La Biblia. Para colmo se creen que nosotros estamos irremediablemente perdidos y que ya nos sacamos un abono para el infierno y en su neurosis obsesiva se creen en la obligación de tratar de llevarnos al buen camino. Ni el buen samaritano ni su esposa frígida ni sus seis hijos reprimidos pueden siquiera pensar en que uno vive a su manera, se caga en dios y para el infierno ya está entrenadito viviendo al lado de estos imbéciles.
8-Los militantes
Buena familia, casi como nosotros con la salvedad de que son revolucionarios, coleccionan banderas de cuba, se afilian a todos los movimientos ecologistas, de derechos humanos, contra el maltrato de las lechugas, apoyan los levantamientos populares hasta de los países que nadie conoce y siempre escuchan canciones con consignas que si bien compartimos al pasar de los días ya miramos con cariño a la embajada de los Estados Unidos. Son buena gente pero muy pesados, todo les pasa por una sesuda y profunda meditación sobre la explotación del hombre por el hombre mientras nosotros queremos solamente tratar por un momento de descansar porque ya sabemos que la vida es una mierda pero no es necesario andarlo repitiendo cada dos minutos.
9-El narcotraficante
Todos tenemos a estas alturas en nuestros barrios gente que se dedica a vender “bolsitas felices” a quienes quieran sin importarles un sorongo andar al margen de la ley, para colmo sus hogares viven rodeados de personajes oscuros, sucios, nefastos que hacen ver a ciudad Gótica como Disney World. Lo peor de todo es que se creen que nosotros también curtimos y que compramos con la competencia y por eso nos miran mal porque en sus cabezas no les cabe que haya gente que pueda vivir cerca de ellos y que se drogue de vez en cuando con una buena cerveza y un chivito al plato.
10-La Vecina calentona
Alguna vez en nuestras vidas nos pasó que alguna veterana andaba regalada por el barrio y hasta cometimos el arrojo de sulfatearle la parra en un momento de debilidad. ¡Gran error! Porque nos hemos ganado una enemiga de por vida que andará desde allí en adelante diciendo por ahí que somos putos hasta que la atendimos mal encima de que ella se rebajó a llevarnos aquella tacita de sopa ese invierno a las once de la noche por estar engripados. ¿Era necesario que estuviera desnuda debajo del salto de cama?
Por: Darío Valle Risoto
Dicen que algo se ha perdido y que ahora la gente ni se saluda, que hubo otros tiempos de vecinos solidarios casi de la familia que vivían para darnos una mano o acompañarnos también, porque no, en las buenas.
De todas maneras haciendo un balance en mi larga vida rodeado de gente, por vivir primero al final de un largo corredor con ocho apartamentos y hoy día desde hace casi treinta años en un enorme edificio con muchos más vecinos puedo asegurarles que aunque sean lo mejor del mundo los vecinos: preferiría vivir en medio de una manzana rodeado de un foso habitado por cocodrilos hambrientos antes que tener que soportar la cercanía de mis semejantes.
Por lo tanto voy a enumerarles al menos 10 tipos de personas que suelen rodear nuestras vidas rompiendo con nuestra rutina:
1-La vecina chusma
Vive todo el día limpiando, barriendo el frente o simplemente parada esperando que pase alguien, sabe todo de todos y sino lo inventa, es testigo de asesinatos, cuernos, dislates y borracheras y nunca sabremos de que mierda vive esta vieja que parece tener todas las condiciones para trabajar en la CNN o el FBI pero lamentablemente la tenemos cerca de nosotros que soñamos con ser absolutamente anónimos y nos importa un carajo si el vecino trolo hace el amor con su chihuahua.
2-Los nenes híperquinéticos
Adorables hijos de una gran puta que se la pasan gritando, tirando piedras y/o jugando al futbol con las consiguientes pelotas que se estrellan en puertas, ventanas, plantas y mascotas. No paran de jugar todo el santo día y creen contar con su pequeña estatura y sus cortos años para no recibir una buena pateadura, generalmente tienen madres con pelotas de titanio que suelen soportarles todo como si fueran angelitos, yo recomiendo el pellizquito fino al saludarlos o regalarles un alfajor envenenado.
3-Los adolescentes excitados
Los niños crecen y antes de transformarse en seres humanos pasan por la etapa de la adolescencia, la mayoría de ellos no molestan mucho porque se la pasan masturbándose en el baño pero algunos espabilados consiguen novia y entonces aprietan, se restriegan y dicen tonterías apoyados contra todo elemento que les sirva de sucedáneo de una cama. Generalmente lo hacen contra nuestras puertas con el consiguiente y molesto momento de no poder salir ni entrar de casa sin cortarles sus eyaculaciones precoces, para peor las guachas que tienen por novias están que se parten.
4-El vecino futbolero
No importa si es hincha de tu mismo cuadro o no, de alguna manera este gordo imbécil se cree que vos tampoco tenés vida y que vivís permanentemente pensando en el futbol, no sabe hablar de otra cosa, grita como un desaforado con cada gol y se calienta con las derrotas como si se acabara el mundo para colmo siempre se las ingenia para agarrarte por el camino para hablarte de si vendieron o no a tal centrodelantero mientras vos estás pensando en otras cosas. Te deja pegado acompañándote por la calle vestido con los colores de su cuadro y lanza todo tipo de exabruptos contra los contrarios con la libertad de su retardo emocional evidente. Si se le rompe la tele ni se te ocurra que venga a tu casa a mirar el partido porque no te lo sacarás más de encima, mejor regálale tu aparato.
5-El Disc Jokey del subdesarrollo
Este vecino, generalmente se trata de un hombre ya grande, se compró el último archi reproductor de veinte bandas marca: Chinapón M.K. 9000 y entonces abre las ventanas y lo pone a todo trapo para que el barrio entero corrobore que es un auténtico grasa que se cree que Los Auténtico Decadentes hacen música y que poniendo toda su discografía patética en Mp3 durante nueve horas al día la gente lo va a admirar. Por supuesto que esto lo puede hacer desde los domingos a las siete de la mañana hasta en medio de la semana a las once de la noche, con total impunidad esperará a que vengan a pedirle autógrafos porque a todos nos solaza con su mierda de gusto creyendo que es un verdadero genio. Una buena idea sería quemarle su casa con el adentro.
6-El buen marido
Este no es un cornudo que se va a la cancha mientras entran los amantes de su mujer (Que son varios), este ama su hogar y le gusta tenerlo bien prolijo. Por lo tanto todos los santos días tiene alguna reparación que hacer que va desde clavar clavos para cuadros y adornitos de porquería hasta arrastrar muebles para reparar bisagras, puertas, etc. Generalmente hace estas cosas bien tempranito jodiendo de lo lindo y hasta se da el lujo de pedirte prestadas herramientas cuando salís a clavarle un destornillador en medio del culo porque te acostaste a las once, te debes de levantar a las seis de la mañana y el pelotilla comenzó a taladrar algo a eso de las dos y media de la madrugada.
7-Los Testigos de Jehová
Son una buena familia, todos limpitos, parecen los Flanders… ese es su principal problema, son tan buenos que debemos odiarlos para no terminar golpeando puertas por todo el territorio nacional jodiendo a la gente con La Biblia. Para colmo se creen que nosotros estamos irremediablemente perdidos y que ya nos sacamos un abono para el infierno y en su neurosis obsesiva se creen en la obligación de tratar de llevarnos al buen camino. Ni el buen samaritano ni su esposa frígida ni sus seis hijos reprimidos pueden siquiera pensar en que uno vive a su manera, se caga en dios y para el infierno ya está entrenadito viviendo al lado de estos imbéciles.
8-Los militantes
Buena familia, casi como nosotros con la salvedad de que son revolucionarios, coleccionan banderas de cuba, se afilian a todos los movimientos ecologistas, de derechos humanos, contra el maltrato de las lechugas, apoyan los levantamientos populares hasta de los países que nadie conoce y siempre escuchan canciones con consignas que si bien compartimos al pasar de los días ya miramos con cariño a la embajada de los Estados Unidos. Son buena gente pero muy pesados, todo les pasa por una sesuda y profunda meditación sobre la explotación del hombre por el hombre mientras nosotros queremos solamente tratar por un momento de descansar porque ya sabemos que la vida es una mierda pero no es necesario andarlo repitiendo cada dos minutos.
9-El narcotraficante
Todos tenemos a estas alturas en nuestros barrios gente que se dedica a vender “bolsitas felices” a quienes quieran sin importarles un sorongo andar al margen de la ley, para colmo sus hogares viven rodeados de personajes oscuros, sucios, nefastos que hacen ver a ciudad Gótica como Disney World. Lo peor de todo es que se creen que nosotros también curtimos y que compramos con la competencia y por eso nos miran mal porque en sus cabezas no les cabe que haya gente que pueda vivir cerca de ellos y que se drogue de vez en cuando con una buena cerveza y un chivito al plato.
10-La Vecina calentona
Alguna vez en nuestras vidas nos pasó que alguna veterana andaba regalada por el barrio y hasta cometimos el arrojo de sulfatearle la parra en un momento de debilidad. ¡Gran error! Porque nos hemos ganado una enemiga de por vida que andará desde allí en adelante diciendo por ahí que somos putos hasta que la atendimos mal encima de que ella se rebajó a llevarnos aquella tacita de sopa ese invierno a las once de la noche por estar engripados. ¿Era necesario que estuviera desnuda debajo del salto de cama?
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