Algunas impresiones sobre Superman
Por: Darío Valle Risoto
Algunos personajes ficcionales desde la niñez forman parte indeleble de nuestras vidas hasta llegar a formar parte de sentimientos tan profundos como los que llegamos a tener por un familiar o incluso podemos, dado mi caso, tener más amor por ellos que por ciertos íconos religiosos y esas cuestiones que se le adjudican a la fe de los hombres.
Adoptado quién sabe en que momento mágico, de una gran diversidad de cómics que en los años sesenta/setenta poblaban nuestros viejos kioscos de revistas, Superman para mí se destacó mucho más que: Tarzán, El Príncipe Valiente, Flash Gordon o el Fantasma a los que tanto admiraba mi padre, incluso Batman significó para mí un personaje secundario y recién en las películas de Tim Burton le presté verdadera atención.
Un extraterrestre perfectamente humanoide con poderes casi indestructibles, la posibilidad de volar, resistir las balas o cualquier otro tipo de ataque no es nada comparado con su más grande cualidad: La Nobleza. Por otro lado en este mundo del siglo veintiuno donde se reivindican anti-valores como la mala educación, el hurto, el tráfico de drogas, el dinero fácil y el engaño y ni hablar de la corrupción Superman parece un tonto vestido en forma estrafalaria con los calzoncillos rojos por encima de sus calzas azules.
Aún así podríamos sostener que desde el punto de vista político Superman/Clark Kent personifica el sueño americano tan vapuleado en la guerra de Corea y asesinado definitivamente en Vietnam, pero supo permanecer casi incolumne pese a la pérdida de la mayoría de sus poderes y la ascensión a la presidencia de los Estados Unidos nada menos que de Lex Luthor su archi enemigo.
Desde luego que no es mía la cierta teoría mostrada tan magistralmente en la película Kill Bill de Tarantino: Superman es Superman y se disfraza de Clark Kent solo para vivir entre nosotros y descansar talvez de sus misiones salvando vidas o atrapando maleantes. Allí está toda la explicación implícita del porque nadie se da cuenta de que ellos son la misma persona. Superman no usa máscara, ni siquiera lleva guantes y su supervelocidad le permite prácticamente estar casi en dos lugares a la vez.
No soy sicólogo pero no creo que haya un ser humano sobre la tierra que no quiera volar o tener la posibilidad de cambiar el mundo gracias a su súper fuerza, a mí se me ocurren algunas cosas que haría en El Vaticano, Palestina o Guantánamo pero esto es cosa de los hombres y no de un semidios porque Kal-El es un enviado de un planeta muy desarrollado tecnológicamente para salvar a la humanidad. ¿No les parece conocido?
Así que desde diferentes puntos de vista podremos decir que Superman personifica el ideal fascista del súper hombre, el sueño cristiano de súper Cristo y la magia estadounidense del Súper Boy Scout, todo en uno y sin embargo nada de eso y por lo tanto nos retrotraemos a su influencia campesina criado por dos granjeros de Kansas que le enseñaron el inapreciable don de la honestidad a grados brutales (Tal como Maradona, otro súper héroe). Somos nuestros padres y nuestros padres son los que nos crían y no los que nos parieron, es la gran verdad que descubrimos detrás de un hombre que podría gobernar el planeta y sin embargo vive del sueldo de periodista en la ciudad de Metrópolis.
Acaso no haya cierto toque de iluminación Budista si se me permite, al advertir que por poder conquistarlo todo se tiene la sabiduría para vivir con lo suficiente y eso mismo es lo que lo hace el gran enemigo de Lex Luthor; un hombre triunfador, sin súper poderes pero como político e industrial un verdadero ganador de la sociedad capitalista. Porque no es Superman el ícono del capital por más que el marketing nos lo venda en todo tipo de artículos sino el calvo Lex Luthor que desde su rascacielos de cristal gobierna la vida de millones de seres humanos.
La gran frustración de Lex, su odio acérrimo por este casi omnipotente semidiós es porque tiene posibilidades mayores que las suyas y sin embargo se limita a: ¿Hacer el bien?
¿Qué clase de demente en este mundo se dedica a eso y sin siquiera repartir estampitas?
Por: Darío Valle Risoto
Algunos personajes ficcionales desde la niñez forman parte indeleble de nuestras vidas hasta llegar a formar parte de sentimientos tan profundos como los que llegamos a tener por un familiar o incluso podemos, dado mi caso, tener más amor por ellos que por ciertos íconos religiosos y esas cuestiones que se le adjudican a la fe de los hombres.
Adoptado quién sabe en que momento mágico, de una gran diversidad de cómics que en los años sesenta/setenta poblaban nuestros viejos kioscos de revistas, Superman para mí se destacó mucho más que: Tarzán, El Príncipe Valiente, Flash Gordon o el Fantasma a los que tanto admiraba mi padre, incluso Batman significó para mí un personaje secundario y recién en las películas de Tim Burton le presté verdadera atención.
Un extraterrestre perfectamente humanoide con poderes casi indestructibles, la posibilidad de volar, resistir las balas o cualquier otro tipo de ataque no es nada comparado con su más grande cualidad: La Nobleza. Por otro lado en este mundo del siglo veintiuno donde se reivindican anti-valores como la mala educación, el hurto, el tráfico de drogas, el dinero fácil y el engaño y ni hablar de la corrupción Superman parece un tonto vestido en forma estrafalaria con los calzoncillos rojos por encima de sus calzas azules.
Aún así podríamos sostener que desde el punto de vista político Superman/Clark Kent personifica el sueño americano tan vapuleado en la guerra de Corea y asesinado definitivamente en Vietnam, pero supo permanecer casi incolumne pese a la pérdida de la mayoría de sus poderes y la ascensión a la presidencia de los Estados Unidos nada menos que de Lex Luthor su archi enemigo.
Desde luego que no es mía la cierta teoría mostrada tan magistralmente en la película Kill Bill de Tarantino: Superman es Superman y se disfraza de Clark Kent solo para vivir entre nosotros y descansar talvez de sus misiones salvando vidas o atrapando maleantes. Allí está toda la explicación implícita del porque nadie se da cuenta de que ellos son la misma persona. Superman no usa máscara, ni siquiera lleva guantes y su supervelocidad le permite prácticamente estar casi en dos lugares a la vez.
No soy sicólogo pero no creo que haya un ser humano sobre la tierra que no quiera volar o tener la posibilidad de cambiar el mundo gracias a su súper fuerza, a mí se me ocurren algunas cosas que haría en El Vaticano, Palestina o Guantánamo pero esto es cosa de los hombres y no de un semidios porque Kal-El es un enviado de un planeta muy desarrollado tecnológicamente para salvar a la humanidad. ¿No les parece conocido?
Así que desde diferentes puntos de vista podremos decir que Superman personifica el ideal fascista del súper hombre, el sueño cristiano de súper Cristo y la magia estadounidense del Súper Boy Scout, todo en uno y sin embargo nada de eso y por lo tanto nos retrotraemos a su influencia campesina criado por dos granjeros de Kansas que le enseñaron el inapreciable don de la honestidad a grados brutales (Tal como Maradona, otro súper héroe). Somos nuestros padres y nuestros padres son los que nos crían y no los que nos parieron, es la gran verdad que descubrimos detrás de un hombre que podría gobernar el planeta y sin embargo vive del sueldo de periodista en la ciudad de Metrópolis.
Acaso no haya cierto toque de iluminación Budista si se me permite, al advertir que por poder conquistarlo todo se tiene la sabiduría para vivir con lo suficiente y eso mismo es lo que lo hace el gran enemigo de Lex Luthor; un hombre triunfador, sin súper poderes pero como político e industrial un verdadero ganador de la sociedad capitalista. Porque no es Superman el ícono del capital por más que el marketing nos lo venda en todo tipo de artículos sino el calvo Lex Luthor que desde su rascacielos de cristal gobierna la vida de millones de seres humanos.
La gran frustración de Lex, su odio acérrimo por este casi omnipotente semidiós es porque tiene posibilidades mayores que las suyas y sin embargo se limita a: ¿Hacer el bien?
¿Qué clase de demente en este mundo se dedica a eso y sin siquiera repartir estampitas?
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