Morning Glory
Por: Darío Valle Risoto
Es inevitable que aunque le duela, el cine deba abordar la vida interior de su enemiga más acérrima, me refiero a la televisión, la que indudablemente se está yendo al demonio gracias queridos amigos a lo que ustedes tienen en frente en estos momentos: El ordenador conectado a Internet.
Pero el cine ha traído durante sus años de competencia con ese monstruo que ocupa todos los hogares o la gran mayoría de ellos, buenas películas y de las otras sobre la teve por dentro, en este caso “Morning Glory” es otra muy buena radiografía del mundo interior casi “rectal” de la televisión no solo usamericana y también del resto del mundo me atrevería a decir.
Aún así peco de mi defecto de haber estudiado comunicación y por lo tanto me interesa ver como ese mundo se fagocita a creativos, periodistas y trabajadores para que seres ajenos a esto se entretengan y/o informen a diario. Pero usted: Ser normal probablemente le interese un pepino todo esto y debería ser así, por lo tanto el mayor defecto de esta película es su perfección al retratar un mundo que sería mejor desconozcamos por el bien de nuestra salud.
Ahora vamos a suponer que igual se queda en frente de la pantalla; bueno, la protagonista es una chica que la despiden de su trabajo, su madre le abre los ojos con el tema de los sueños y la vida real y termina produciendo un programa matutino de muy bajo rating y lidiando con un viejo periodista venido a menos que interpreta Harrison Ford, actor que siempre me resultó inexpresivo y sobrevalorado pero tuvo la fortuna de interpretar papeles que pasaron a la historia del cine de entretenimientos más clásico. ¿Les doy nombres?. Igual este papel le viene como anillo al dedo.
Por: Darío Valle Risoto
Es inevitable que aunque le duela, el cine deba abordar la vida interior de su enemiga más acérrima, me refiero a la televisión, la que indudablemente se está yendo al demonio gracias queridos amigos a lo que ustedes tienen en frente en estos momentos: El ordenador conectado a Internet.
Pero el cine ha traído durante sus años de competencia con ese monstruo que ocupa todos los hogares o la gran mayoría de ellos, buenas películas y de las otras sobre la teve por dentro, en este caso “Morning Glory” es otra muy buena radiografía del mundo interior casi “rectal” de la televisión no solo usamericana y también del resto del mundo me atrevería a decir.
Aún así peco de mi defecto de haber estudiado comunicación y por lo tanto me interesa ver como ese mundo se fagocita a creativos, periodistas y trabajadores para que seres ajenos a esto se entretengan y/o informen a diario. Pero usted: Ser normal probablemente le interese un pepino todo esto y debería ser así, por lo tanto el mayor defecto de esta película es su perfección al retratar un mundo que sería mejor desconozcamos por el bien de nuestra salud.
Ahora vamos a suponer que igual se queda en frente de la pantalla; bueno, la protagonista es una chica que la despiden de su trabajo, su madre le abre los ojos con el tema de los sueños y la vida real y termina produciendo un programa matutino de muy bajo rating y lidiando con un viejo periodista venido a menos que interpreta Harrison Ford, actor que siempre me resultó inexpresivo y sobrevalorado pero tuvo la fortuna de interpretar papeles que pasaron a la historia del cine de entretenimientos más clásico. ¿Les doy nombres?. Igual este papel le viene como anillo al dedo.
Un gran logro de esta trama es Diane Keaton que aquí realmente la gasta con un papel secundario pero enormemente importante más por lo que proyecta que por lo que tenga en el guión, ya que indudablemente está en el mismo lugar que el señor Pomeroy (Ford) pero se toma la vida con algo más de color que este avinagrado señor. No se las voy a contar pero les advierto esta película es válida si les interesa ver por dentro este monstruo mediático que los usamericanos saben mantener aún con vida pese a la Internet.
No faltará la lección moral final donde se entrará en el habitual drama donde se deberá sopesar el dinero y el éxito contra el grupo humano generado en este empleo que se sacó del fondo del pozo y el rating poco a poco llevó al mundo competitivo. Acaso nos veamos siempre en este tipo de dilemas cinematográficos desde la lejanía de un tercer mundo donde los medios ofrecen media moneda: La fama puede ser, pero el dinero siempre se lo llevan los que no vemos en la pantalla.
También veremos que el sensacionalismo y las notas “de color” son reinterpretados permanentemente en un sentido negligente con la audiencia más “Light” contra un viejo sentido investigador de la noticia que poco a poco agoniza a manos de las mediciones de audiencia.
El periodista en su ocaso que se pone a hacer una tortilla frente a las cámaras nos es vendido como un acto de osadía mientras que en realidad es el reflejo fiel de que el mundo de la teve se está yendo al carajo.
No faltará la lección moral final donde se entrará en el habitual drama donde se deberá sopesar el dinero y el éxito contra el grupo humano generado en este empleo que se sacó del fondo del pozo y el rating poco a poco llevó al mundo competitivo. Acaso nos veamos siempre en este tipo de dilemas cinematográficos desde la lejanía de un tercer mundo donde los medios ofrecen media moneda: La fama puede ser, pero el dinero siempre se lo llevan los que no vemos en la pantalla.
También veremos que el sensacionalismo y las notas “de color” son reinterpretados permanentemente en un sentido negligente con la audiencia más “Light” contra un viejo sentido investigador de la noticia que poco a poco agoniza a manos de las mediciones de audiencia.
El periodista en su ocaso que se pone a hacer una tortilla frente a las cámaras nos es vendido como un acto de osadía mientras que en realidad es el reflejo fiel de que el mundo de la teve se está yendo al carajo.
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