Charles Von Gardel
Por: Darío Valle Risoto
Anoche hasta hace unas horas estuvo mi gran amigo-hermano César Ureta y mientras el tomaba Whisky, yo Grappa Miel y ambos un vino rosado que trajo tratábamos de hablar de filosofía, japonesas y tangos. Y en un rato mientras le mostraba frente a este ordenador como se puede intentar buscar material de Carlos Gardel me encontré con 21 volúmenes con sus canciones que poco a poco iré viendo y desde luego le voy a pasar a César.
Mi amigo es un tanguero de ley, yo apenas un orejero del tango que admiro mucho pero no es mi música de cabecera aunque ultimamente años mediantes estoy dándole más y más tiempo pero acaso sea cosa de los años, de la maduréz o solamente del hastío de escuchar plásticos musicales que uno encuentra joyas como esta:
Pan
Carlos Gardel
El sabe que tiene para rato largo,
la sentencia en fija lo va ahacer sonar.
Asi, entre cabrero, sumiso y amargo
la luz de la aurora lo va a saludar.
Quisiera que alguno pudiera escucharlo
en esa elocuencia que las penas dan,
y ver si es humano querer condenarlo
por haber robado un cacho de pan.
Sus pibes no lloran por llorar,
ni piden masitas
ni dulces, ni chiches, Señor!
Sus pibes se mueren de frio
y lloran habrientos de pan.
La abuela se queja de dolor,
doliente reproche que ofende a su hombria.
También su mujer, escualida y flaca, en una mirada
toda la tragedia le ha dado a entender.
¿Trabajar? ¿Adonde? Extender la mano
pididendo al que pasa, limosna, ¿por que?
Recibir la afrenta de un "perdone hermano"
el que es fuerte y tiene valor y altivez.
Se durmieron todos, cacho la barreta,
se puso la gorra resuelto a robar.
Un vidrio, unos gritos carreras, auxilio,
un hombre que llora y un cacho de pan.
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