Por: Darío Valle Risoto
Una película Francesa que me cuesta definirla como buena o mala, probablemente porque soy un poquitín prejuicioso por eso de contemplar historias de varias parejas jóvenes sus encuentros y desencuentros con escenas de sexo bastante explícito y confieso que me resulta un tanto extraño más no es para aterrarse, claro.
No es una película porno pero se le acerca y mucho, de erótica tiene algo pero a veces las escenas de sexo mostradas con tal realismo pueden opacar las historias sobretodo porque el cine que conocimos de toda la vida era diferente.
Luego de verla se me ocurre que le faltó el encanto grotesco de Tinto Brass y por lo tanto le falta lo italiano con aquello del humor agridulce y toda la cosa. Tiene sus ribetes anecdóticos que siempre caen frente a la escena subida de tono del momento como fellatios, homosexualidad femenina, masturbación, penetraciones y exploraciones varias que muchas veces están regadas como para solventar una floja concurrencia de amores juveniles un tanto descuidados como suelen serlo siempre. ¿No?
Pero Q tiene la narración central de una protagonista un tanto atrevida que incita a varios personajes a cambiar algunas cosas, más no se explora demasiado en lo sicológico sino más bien se trata de ver que hacen ocho o diez hombres y mujeres que son constantemente repasados en flashes donde varias chicas comparten un baño y se ven en blanco y negro y de la rodilla al cuello. Estas chicas comentan bastantes cosas al pedo como suele ser en la vida real y probablemente el peor defecto de esta película sea que si no fuera por las escenas explícitas sería solamente una cosa aburrida y pobre.
No es una película porno pero se le acerca y mucho, de erótica tiene algo pero a veces las escenas de sexo mostradas con tal realismo pueden opacar las historias sobretodo porque el cine que conocimos de toda la vida era diferente.
Luego de verla se me ocurre que le faltó el encanto grotesco de Tinto Brass y por lo tanto le falta lo italiano con aquello del humor agridulce y toda la cosa. Tiene sus ribetes anecdóticos que siempre caen frente a la escena subida de tono del momento como fellatios, homosexualidad femenina, masturbación, penetraciones y exploraciones varias que muchas veces están regadas como para solventar una floja concurrencia de amores juveniles un tanto descuidados como suelen serlo siempre. ¿No?
Pero Q tiene la narración central de una protagonista un tanto atrevida que incita a varios personajes a cambiar algunas cosas, más no se explora demasiado en lo sicológico sino más bien se trata de ver que hacen ocho o diez hombres y mujeres que son constantemente repasados en flashes donde varias chicas comparten un baño y se ven en blanco y negro y de la rodilla al cuello. Estas chicas comentan bastantes cosas al pedo como suele ser en la vida real y probablemente el peor defecto de esta película sea que si no fuera por las escenas explícitas sería solamente una cosa aburrida y pobre.
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