Por: Darío Valle Risoto
El tiempo se fue volando
pero ella siempre regresaba
cambiando de color y forma
como lo hacen las Hadas.
Era flaca, era gorda
era rubia, negra o pálida,
siempre la misma mujer.
Entorpeciendo mi alma
con su belleza de amor
con su castigo de causa,
la vida nos trajo lejos
de la juventud tan amada
y la experiencia nos dijo
que enamorarse es nostalgia