Por: Darío Valle Risoto
Te diré que cambia la luz cuando no estás
y un reflejo frió trastoca mis noches
me abraza el destino y siento miedo
cuando repentinamente te recuerdo.
Tus ojos azules son dos satélites marinos
donde navega imprecisa mi voluntad
Tuve tanto miedo aquel primer día
y en el último momento no te lo dije
porque quererte parecía un acto demente
un juego de niños ensayado por mi
para guarecerme al abrigo de tus manos
y morirme enredado entre tus piernas.
Hoy cierro el libro y no te reconozco
herida de muerte en mis sueños te vas
alimentando nuevas pesadillas oscuras
ataviada con aquel vestido blanco...infinito.
Esperándome desnuda sobre el dintel
de un enorme edificio de actos fallidos,
Somos el producto de malas decisiones
de esas que no deberían afectar al amor
pero nada sabemos de las horas infaustas
en que la Luna te vio con otro amante
y a mi el sol me despertó junto a otra mujer.
y un reflejo frió trastoca mis noches
me abraza el destino y siento miedo
cuando repentinamente te recuerdo.
Tus ojos azules son dos satélites marinos
donde navega imprecisa mi voluntad
Tuve tanto miedo aquel primer día
y en el último momento no te lo dije
porque quererte parecía un acto demente
un juego de niños ensayado por mi
para guarecerme al abrigo de tus manos
y morirme enredado entre tus piernas.
Hoy cierro el libro y no te reconozco
herida de muerte en mis sueños te vas
alimentando nuevas pesadillas oscuras
ataviada con aquel vestido blanco...infinito.
Esperándome desnuda sobre el dintel
de un enorme edificio de actos fallidos,
Somos el producto de malas decisiones
de esas que no deberían afectar al amor
pero nada sabemos de las horas infaustas
en que la Luna te vio con otro amante
y a mi el sol me despertó junto a otra mujer.
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