SUR
Como ha cambiado mi barrio
Por: Darío Valle Risoto
Nuestro segundo deporte como rioplatenses, luego del fútbol está la nostalgia, esa cosa terrible de añorar lo que se fue y perdernos el después; de mi discoteca en Mp3 siempre vuelvo a los barrios del tango, por una u otra razón me sirven para pasar alguna tarde sin rock pero igualmente bien. Sur es mi tango preferido de muchísimos otros, no se porqué me recuerda cosas que nunca vi y esa es la magia descriptiva de esta puntillosa descripción de Nueva Pompeya: Homero Manzi de nuevo con Anibal Troilo nos describen la pérdida de aquellos barrios tan llenos de barro y con pocas comodidades pero que se fueron quedando junto a las primeras novias y los muchachos de la esquina en algún rincón de nosotros.
Allá por los años ochenta del viejo siglo en los infames talleres gráficos Barreiro el veterano Cirilo me llamaba a los chistidos cada vez que irradiaban este tango por Clarín, yo apagaba la máquina o dejaba a mi compañero a cargo y me iba esos veinte o treinta metros a escuchar al grande de Roberto Goyeneche. Hubo muchos que interpretaron este himno del tango muy bien pero el polaco lo hizo suyo.
Este tango es como viajar en el tiempo, observar un cuadro o una película, solo hace falta tener un mínimo de sensibilidad.
Letra de Homero Manzi
Musica de Aníbal Carmelo Troilo
Compuesto en 1947
San Juan y Boedo antiguo y todo el cielo,
Pompeya y, más alla, la inundación,
tu melena de novia en el recuerdo,
y tu nombre flotando en el adios...
La esquina del herrero barro y pampa,
tu casa, tu vereda y el zanjon
y un perfume de yuyos y de alfalfa
que me llena de nuevo el corazón.
Sur... paredón y después...
Sur... una luz de almacen...
Ya nunca me veras como me vieras,
recostado en la vidriera
y esperandote,
ya nunca alumbrare con las estrellas
nuestra marcha sin querellas
por las noches de Pompeya.
Las calles y las lunas suburbanas
y mi amor en tu ventana
todo ha muerto, ya lo se.
San Juan y Boedo antiguo, cielo perdido,
Pompeya y, al llegar al terraplen,
tus veinte años temblando de cariño
bajo el beso que entonces te robe.
Nostalgia de las cosas que han pasado,
arena que la vida se llevo,
pesadumbre del barrio que ha cambiado
y amargura del sueño que murio.
Sur... paredón y después...
Sur... una luz de almacen...
Como ha cambiado mi barrio
Por: Darío Valle Risoto
Nuestro segundo deporte como rioplatenses, luego del fútbol está la nostalgia, esa cosa terrible de añorar lo que se fue y perdernos el después; de mi discoteca en Mp3 siempre vuelvo a los barrios del tango, por una u otra razón me sirven para pasar alguna tarde sin rock pero igualmente bien. Sur es mi tango preferido de muchísimos otros, no se porqué me recuerda cosas que nunca vi y esa es la magia descriptiva de esta puntillosa descripción de Nueva Pompeya: Homero Manzi de nuevo con Anibal Troilo nos describen la pérdida de aquellos barrios tan llenos de barro y con pocas comodidades pero que se fueron quedando junto a las primeras novias y los muchachos de la esquina en algún rincón de nosotros.
Allá por los años ochenta del viejo siglo en los infames talleres gráficos Barreiro el veterano Cirilo me llamaba a los chistidos cada vez que irradiaban este tango por Clarín, yo apagaba la máquina o dejaba a mi compañero a cargo y me iba esos veinte o treinta metros a escuchar al grande de Roberto Goyeneche. Hubo muchos que interpretaron este himno del tango muy bien pero el polaco lo hizo suyo.
Este tango es como viajar en el tiempo, observar un cuadro o una película, solo hace falta tener un mínimo de sensibilidad.
Letra de Homero Manzi
Musica de Aníbal Carmelo Troilo
Compuesto en 1947
San Juan y Boedo antiguo y todo el cielo,
Pompeya y, más alla, la inundación,
tu melena de novia en el recuerdo,
y tu nombre flotando en el adios...
La esquina del herrero barro y pampa,
tu casa, tu vereda y el zanjon
y un perfume de yuyos y de alfalfa
que me llena de nuevo el corazón.
Sur... paredón y después...
Sur... una luz de almacen...
Ya nunca me veras como me vieras,
recostado en la vidriera
y esperandote,
ya nunca alumbrare con las estrellas
nuestra marcha sin querellas
por las noches de Pompeya.
Las calles y las lunas suburbanas
y mi amor en tu ventana
todo ha muerto, ya lo se.
San Juan y Boedo antiguo, cielo perdido,
Pompeya y, al llegar al terraplen,
tus veinte años temblando de cariño
bajo el beso que entonces te robe.
Nostalgia de las cosas que han pasado,
arena que la vida se llevo,
pesadumbre del barrio que ha cambiado
y amargura del sueño que murio.
Sur... paredón y después...
Sur... una luz de almacen...
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