Montevideo: la ciudad de la furia
Por Darío Valle Risoto
Por Darío Valle Risoto
Técnico en Comunicación Social
Este sábado cuando ya había llegado a casa de ir a un concierto de rock y dormía confortablemente o estaba en eso en Montevideo entraban unos “planchas” y asesinaban a sangre fría al mozo de un bar para robarle la recaudación.
Y el lunes me vengo a enterar porque como no miro la televisión uruguaya no lo sabía y en sucesivos programas de radio experimento la furia de los locutores que iba desde la sincera demostración de impotencia y bronca a una cierta manipulación de un estado de situación que parece adueñarse de las calles de este país sin remedio: La Violencia.
Hay una situación real y palpable que se suma a una condición muy sólida de miedo en la gente que pide y exige: “Seguridad” término este que encierra algunas aristas cuasi fascistas cuando los ciudadanos comunes exigen mano dura contra ladrones, drogadictos y asesinos; todo en un mismo saco y bien revuelto.
Que algunos sectores de la derecha política junten firmas para bajar la imputabilidad de 18 a 16 años en los delitos tiene algo de ingenuo y mucho de mala leche porque cualquiera se dará cuenta si piensa un ratito, que esto no va a solucionar nada ya que poco les importa a quienes salen a cometer crímenes los resultados “Penales” de sus acciones. Mucho menos servirá meter en una cárcel a muchachos más jóvenes porque todos sabemos muy bien que el sistema penal Uruguayo está también en una crisis de la que parece no poder salir.
Policía corrupta, educación en franco deterioro y aumento de la violencia son algunos de los síntomas del tiempo que nos toca vivir y no solo del gobierno en curso es la culpa aunque si en gran parte la responsabilidad por no implementar actos realmente funcionales para combatirlos. Parece más importante una elección interna de Presidente del frente amplio realmente al pedo que todo lo anterior.
Para peor la primera dama culpa al gobierno de Jorge Batlle porque según ella fue durante su mandato en que se introdujo la Pasta Base en este paisito y así con esta maravillosa frase nos trató de idiotas a todos de un plumazo, porque nadie puede sostener un pensamiento tan pobre cuando sabemos que la droga sigue entrando sin parar sin importar cuando comenzó y que la policía conoce la mayoría de las bocas de venta y no pasa nada.
Pero poco creo que La Pasta Base sea la única causa del delito aunque todo apunta a que está emparentada aunque se me ocurre que si hoy día todos los consumidores de la misma delinquieran la cosa estaría aún peor.
Otro de los pensamientos que ha rondado la prensa es la “perdida de los códigos” en la delincuencia apuntando a una tradicional forma del delito que parece haber muerto ya que hoy día se dispara y después se roba o se hace uso de la violencia innecesaria. Esto es algo patético porque parece que sentimos nostalgia por una vieja delincuencia ya que todo parece irse cada vez con más velocidad a la misma mierd…
Diversos factores actúan para generar una sociedad violenta, la aparición de una sub clase marginal desde hace al menos unos treinta años ha producido una nueva forma de ver el mundo que nos es ajena a los digamos: “Normales”. Trasladarles nuestros valores es inútil porque ellos manejan una carga cultural propia sustentada en una forma particular de racionalizar la vida por intermedio de un concepto de la diversión a través de su propia música que no es tan difícil de analizar. En las letras del reggaeton y la cumbia villera encontramos los nuevos códigos de una forma de vida cuasi extraterrena para nosotros.
Intentar acercarnos a ellos es casi inútil y por lo tanto nuestro sistema educativo fracasa estrepitosamente cuando en las aulas ingenuamente intentamos enseñarles Historia, geografía, gramática, etc. Casi ningún niño proveniente del ámbito marginal sale formado de las aulas porque el resto del día debe convivir con un mundo totalmente opuesto al de los libros y cuadernos.
Por lo tanto un grupo social dominante intenta socializar a un grupo sometido para mantener el orden impuesto pero por otro lado y paradójicamente saca de ese mismo grupo a los policías encargados de mantener el orden, el resultado más obvio de esto es la corrupción y no hay un modo sencillo de cambiarlo. ¿Cuántos policías son hijos de abogados o arquitectos?
Por otra parte la cultura “Plancha” comienza a introducirse en otros ámbitos y no será raro asistir a los primeros coletazos del deterioro de valores y hasta de una forma de vida a través de sus manifestaciones culturales dentro mismo de las clases dominantes. No hace mucho tiempo alguien me contaba que en un cumpleaños “De quince” de gente muy pudiente, la mayor parte de la noche la gente se divertía con canciones provenientes de la cumbia villera donde todos sabemos que tópicos se tratan. De Shakespeare ni hablar.
Esto no es casualidad porque el mundo está cambiando y hay una clara tendencia a “La Tolerancia” que en muchos aspectos suele ser bastante jodida ya que si nos manifestamos abiertamente en contra de algo que no nos gusta corremos serio riesgo de que nos pinten los bigotitos de Hitler en la cara.
Cuando un amigo me dice realmente acongojado que el hijo de catorce años se pasa el día escuchando esta basura de música del reggaeton y la cumbia villera yo le digo que es muy jodido porque ese es el síntoma de que algo no está bien en el pibe sobretodo porque ya siguió la marea casi incontenible de la vulgaridad y de allí a la violencia hay solo un paso.
¿Prohibir?: No lo creo, el tema es educar, formar, tratar aunque sea difícil de generar en las personas un pensamiento crítico, analítico y por sobre todas las cosas que se opte lo más libremente posible por lo que queremos para nosotros y nuestros seres queridos. Espero realmente que este asesinato de un padre de cuatro hijos que trabajaba honestamente no sea solo otro caso en una ciudad que cada día se nos vuelve más ajena.
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