Por: Darío Valle Risoto
Inusitado encuentro con un espejo roto
Amurallada imagen facetada en grises
Luces y oscuridades idiotas, hipotéticas
Recurrente espanto de reflejo decadente.
Voces marchitas en bocas tiesas
Canciones perdidas en la muralla de cobre
Toda la vida buscando luciérnagas
Y solo escarabajos bajo los pies descalzos.
Manos agrietadas oliendo a thinner
Y ese frío que permanece en los ojos
Cuando vuelven a despintarse las angustias
Para soliviantar el miedo a crecer
Y a dejar un rastro de huellas encanecidas.
Todo pierde el sentido frente a la huesuda
Muerte de los espejos y mala suerte
Te tocó la caña viejo y te piantaste
A un mundo que no podría doler más…
Que esta tierra que solo te dio amarguras.
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