Saturday, July 16, 2011

Montevideo la ciudad de los Zombies

Montevideo la capital Zombie
Por: Darío Valle Risoto

No quiero caer en la paranoia sobre un plan premeditado para volverme más idiota con cada día pero los ejemplos me rodean y comienzo a convencerme de ello. Lo peor del caso es que antes creía que soportábamos el contagio de la querida hermana Argentina pero en realidad es una cosa mundial que trasciende fronteras y continentes para implantar determinados conceptos básicos en la mente de las personas.

Recuerdo una película de bajo costo que vi hace años, se llamaba “They Live” o algo así donde un hombre desempleado deambula por las calles de Los Ángeles para encontrarse accidentalmente con una caja de lentes negros y al ponerse uno de ellos; ¡Sorpresa!
Todo cambia antes sus ojos al blanco y negro y cada cartel, publicidad, anuncio ya no tiene sus mensajes al parecer inocentes sino que este protagonista lee cosas como: Obedece las leyes, Consume, No te reveles, Compra, compra, compra, trabaja, duerme, duerme, duerme.
Cuando la ciencia ficción comienza a volverse realidad yo tiemblo, los paisajes apocalípticos de las películas que veía de chico hoy son el Montevideo tapado de basura por el que camino hoy donde los Planchas mutantes buscan reguetón para alimentarse y los vagabundos son llevados lejos de nuestra vista hasta el día siguiente.
Mis compatriotas me son ajenos, me hacen sentir extranjero en mi propia tierra, son hoscos maleducados personajes oscuros sin modales y con odio y miedo en sus miradas perdidas, mientras viven alimentando su ignorancia con la música villera y compartiendo su miseria a través de sus celulares de última generación.
Y como aquel protagonista pero sin la necesidad de los lentes para ver la realidad me basta encender la radio, ver la televisión o tomar cualquier periódico para constatar que hay un plan para volverme un completo imbécil.
¿Acaso soy yo el único que se siente insultado a los pocos segundos de presenciar los medios?
¿Por qué los locutores, presentadores y cronistas me tratan como a un subnormal?
La consigna es clara, debemos dirigirnos al público como los tarados que son o que pretendemos que sean para permanecer en el aire con nuestras propuestas el mayor tiempo posible. Si al menos un diez por ciento de la población comprendiera esto, nos quedaríamos sin trabajo porque nos darían de patadas en el culo.

Veo un tarado que dirige durante años exitosísimos programas donde desfilan culos, tetas y frases subiditas de tono que me hacen sentir nauseas, no soy un evangélico ni mucho menos pero tampoco necesito que me refrieguen a esas pobres putas, esos desgraciados transvestís y a todo ser bizarro que quiere que lo miren y escuchen compartir su miserable existencia por unos minutos. Me podré reír una vez para cambiar inmediatamente de canal y sentir una catarata de vergüenza ajena. Y eso que hace más de quince años que no miro este tipo de programas pero las anécdotas sobre ellos me bombardean vaya donde vaya.
Usted pensará: Pero este tipo quiere censurarlo prácticamente todo. No, de ninguna manera, durante gran parte de mi vida y durante los tres años que di clases de comunicación he pretendido que la gente genere una mentalidad crítica propia donde pueda evaluar con la mayor cantidad de herramientas posibles la intención de los productos que consume, la verdadera intención que supera el simple entretenimiento y que es transferirnos rasgos culturales permanentemente.

Porque todo lo que consumimos forma parte de nuestra vida, lo queramos o no, somos lo que comemos, vestimos, escuchamos y conversamos con nuestros semejantes. Somos lo que nos entristece y lo que nos divierte, lo que nos hace sentir mejor y lo que nos hace sentir mal y por lo tanto si en nuestra ignorancia dejamos que un grupo de cretinos nos digiten la vida como a títeres sin cabezas, es un problema nuestro.

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