Por: Darío Valle Risoto.
(Montevideo 29 agosto 2006)
Siempre que en una reunión digo que soy Anarquista se suscita un diálogo que salvo algunos matices es más o menos el mismo. Hace muchos años comprendí, curso de comunicación mediante, que la gente responde mayoritariamente por boca de su programación social, por aquellos valores y por la ignorancia que difunde el propio sistema que ella misma integra.
Desde luego que nunca me será fácil definirme como Libertario, porque vivo en una sociedad capitalista, una sociedad de consumo y que heredera de valores judeo-cristianos es esencialmente conservadora, retrógrada y casi siempre arbitraria. Por lo tanto cuando algún “iluminado” me dice que es imposible y utópico ser anarquista en esta sociedad, tiene algo de razón. Lo otro que me aconsejan es que me vaya a vivir solo.
A veces en esas reuniones me dan ganas de hacerlo.
Pero, ¿Qué hace que de vez en cuando una persona cualquiera reniegue de aquellas estructuras milenarias que dominan la vida de millones de personas?, a menudo se trata de una sensación de extrema rebeldía y por sobre todo de impotencia. ¡Que difícil resulta vivir entre tanta desigualdad para los anarcos!.
Sean dos, tres o diez mis interlocutores, lo primero que les respondo es que lo más curioso de definirse como anarquista en una reunión es que los que no lo son, parecen saberlo todo de esta forma de razonamiento social que es tan vieja como el mundo y sin embargo vive en una lucha constante contra todos los sistemas de gobierno.
¿Cómo hablarle de libertad a un tipo que cree en dios?, no hay forma más poderosa de opresión que las religiones, no hay que ser un experto en historia para saber que en nombre de estas se ha matado entre si la humanidad durante todos los tiempos. El otro invento nefasto ha sido la propiedad privada, tenía razón Rousseau cuando en su Contrato Social menciona que el primero que dijo: Esto es mío, comenzó a retrazar el progreso de los hombres.
Pero yo ni siquiera intento sumar adeptos a mis filas porque no las tengo, se hace mucho tiempo que ser anarquista me llevará toda una vida de profundas luchas internas, en un medio siempre hostil donde imperan la ignorancia y la necedad. No pretendo hacer crecer ningún grupo porque no tengo ni un partido ni formo parte de una puta religión, tampoco me eleva el espíritu cambiarle la cabeza a nadie, solo me alcanza que dude quién creía en un mundo perfecto, de esta perfección que vive entre la miseria y el lujo, donde los que trabajan sobreviven enriqueciendo a los industriales, comerciantes y especuladores.
Acaso, ¿nadie a pasado por los barrios ricos?, Hay señoriales mansiones con perreras que tienen calefacción y empleadas domésticas que ganan dos pesos mientras le limpian el culo a los patrones, a veces reciben algo de ropa usada o les permiten llevarse las sobras a sus casas. Eso si son “buenos patrones”.
Nadie ha notado que sumisos son los empleados cuando pasa el gordo patrón por el comercio o la fábrica y como hay que humillarse para conseguir un adelanto del dinero que ya teníamos ganado desde el primer día de trabajo.
Otro punto que manifiesto en estas reuniones es que me cuesta creer en Patrias, banderas, himnos, nacionalidades y fronteras. Allí creo que me definen absolutamente como un loco de la guerra. Nunca se los discutiría.
Desde que nacemos nos programan con aquellos valores de nuestros padres primero y luego del país en que nacemos a través de la escuela y del resto de nuestra sociedad después.
Hace más de veinte años conocí el anarquismo que me hizo ver cuan equivocados vivimos la mayoría de los humanos. Las contradicciones son tantas que deberían agobiar la vista de cualquiera y sin embargo nos acostumbramos a vivir entre ellas y por sobre todas las cosas las aceptamos.
___Siempre fue igual. ___Me dicen, pero eso no explica nada y menos lo justifica.
___Es lo que hay___Agregan como frase de moda que solo aporta resignación e impotencia para terminar de edificar a un completo ciudadano.
Así es que por medio de la fe, los hombres viven rezándole a la nada y fabricando explicaciones divinas para lo inaceptable, hay cristianos que tienen una muy clara visión de las contradicciones del mundo capitalista y hasta hacen su propia caridad y luchan contra la miseria, pero siempre le responderán a su imaginaria autoridad superior fabricando un auténtico castillo de barro que se sustenta en una mitología fantástica.
Los manipuladores de la ignorancia y la miseria pueden tener muchos rostros y solo los desenmascararemos a través de su concepto de autoridad, su gusto por los escalafones, los cargos, las responsabilidades, los galardones y esa búsqueda de permanencia, liderazgo y exposición. Nada más triste y despreciable que el que lisonjea a los poderosos y se arrastra traicionando a los de su clase buscando seguridad y confort. Vivimos entre ellos y a menudo caemos en esta verdadera locura, por eso la lucha de los anarquistas muchas veces es interna.
Vivir en un mundo como este reta a los libertarios a nunca trasladar los valores de la sociedad de consumo a las relaciones inmediatas, debemos comprender ante todo que no todo se vende, no todo es producto de especulación y que por sobre todas las cosas: importan las personas. Lamentablemente la pauperización e conómica viene de la mano del deterioro cultural de nuestras naciones, solo hay que prender la televisión para darnos cuenta de cómo nos programan para adquirir, comprar, ganar, tener, usufructuar, consumir y fagocitar todo aquellos que en realidad poco nos hace falta.
El celular ha pasado a ser un símbolo de status en nuestro tercer mundo, equiparable a los automóviles de los países desarrollados, la gente compite entre si por tener el mejor adminículo de comunicación, tan práctico y necesario algunas veces y tan al pedo la mayoría de estas. Pero como el walkman que fue inventado para usar en los lugares de trabajo para que los obreros escuchen música y no conversen entre sí, el celular les sirve a los supervisores y patrones para tenernos siempre a la orden.
Uno de los mayores logros de los anarquistas ha sido usar históricamente al sistema en contra de si mismo, a través de la red global de Internet, m ientras la mayoría juega en línea o chatea estupideces, los anarquistas nos conectamos e intercambiamos puntos de vista, artículos y nuestros planes de anti dominación, ya cayó el sistema comunista en Rusia, el capitalismo está en crisis por lo menos desde la década del noventa, el cristianismo ha agotado su caterva de mentiras y los musulmanes por su causa se suicidarán hasta el último hombre en nombre de Alá, solo será cuestión de tiempo.
Toda lucha social por pequeña que sea vale y mucho porque ya nadie hace nada por los demás y los pocos que lo intentan pertenecen a los brazos del propio sistema que practica la caridad intentando tapar el sol con un dedo, en n uestro país el estado les paga por mes a los pobres y marginados un sueldo miserable para asegurarse que no vaya a haber un estallido social. Así pactan los capitalistas cuando se les va la mano en la explotación, repartiendo la ropa usada y las migajas, inaugurando campeonatos de fútbol o restaurando teatros como el Solís, donde de vez en cuando se lleva a los pobres para que vean de lo que se pierden. La mayoría de las organizaciones no gubernamentales y las iglesias protestantes como “Pare de sufrir” son importantes válvulas de escape para la impotencia y el desaliento de los pobres, ancianos y enfermos que ya no encuentran respuestas y la buscan en una cruz y en los cuentos de La Biblia.
Para terminar, reitero que no se trata de convencer a nadie, todos tenemos nuestros órganos perceptores y no veremos lo que no queramos ver, porque cuando de entender el mundo se trata, puede ser muy traumático comprender que vivimos en una mentira.
Hasta siempre.
Desde luego que nunca me será fácil definirme como Libertario, porque vivo en una sociedad capitalista, una sociedad de consumo y que heredera de valores judeo-cristianos es esencialmente conservadora, retrógrada y casi siempre arbitraria. Por lo tanto cuando algún “iluminado” me dice que es imposible y utópico ser anarquista en esta sociedad, tiene algo de razón. Lo otro que me aconsejan es que me vaya a vivir solo.
A veces en esas reuniones me dan ganas de hacerlo.
Pero, ¿Qué hace que de vez en cuando una persona cualquiera reniegue de aquellas estructuras milenarias que dominan la vida de millones de personas?, a menudo se trata de una sensación de extrema rebeldía y por sobre todo de impotencia. ¡Que difícil resulta vivir entre tanta desigualdad para los anarcos!.
Sean dos, tres o diez mis interlocutores, lo primero que les respondo es que lo más curioso de definirse como anarquista en una reunión es que los que no lo son, parecen saberlo todo de esta forma de razonamiento social que es tan vieja como el mundo y sin embargo vive en una lucha constante contra todos los sistemas de gobierno.
¿Cómo hablarle de libertad a un tipo que cree en dios?, no hay forma más poderosa de opresión que las religiones, no hay que ser un experto en historia para saber que en nombre de estas se ha matado entre si la humanidad durante todos los tiempos. El otro invento nefasto ha sido la propiedad privada, tenía razón Rousseau cuando en su Contrato Social menciona que el primero que dijo: Esto es mío, comenzó a retrazar el progreso de los hombres.
Pero yo ni siquiera intento sumar adeptos a mis filas porque no las tengo, se hace mucho tiempo que ser anarquista me llevará toda una vida de profundas luchas internas, en un medio siempre hostil donde imperan la ignorancia y la necedad. No pretendo hacer crecer ningún grupo porque no tengo ni un partido ni formo parte de una puta religión, tampoco me eleva el espíritu cambiarle la cabeza a nadie, solo me alcanza que dude quién creía en un mundo perfecto, de esta perfección que vive entre la miseria y el lujo, donde los que trabajan sobreviven enriqueciendo a los industriales, comerciantes y especuladores.
Acaso, ¿nadie a pasado por los barrios ricos?, Hay señoriales mansiones con perreras que tienen calefacción y empleadas domésticas que ganan dos pesos mientras le limpian el culo a los patrones, a veces reciben algo de ropa usada o les permiten llevarse las sobras a sus casas. Eso si son “buenos patrones”.
Nadie ha notado que sumisos son los empleados cuando pasa el gordo patrón por el comercio o la fábrica y como hay que humillarse para conseguir un adelanto del dinero que ya teníamos ganado desde el primer día de trabajo.
Otro punto que manifiesto en estas reuniones es que me cuesta creer en Patrias, banderas, himnos, nacionalidades y fronteras. Allí creo que me definen absolutamente como un loco de la guerra. Nunca se los discutiría.
Desde que nacemos nos programan con aquellos valores de nuestros padres primero y luego del país en que nacemos a través de la escuela y del resto de nuestra sociedad después.
Hace más de veinte años conocí el anarquismo que me hizo ver cuan equivocados vivimos la mayoría de los humanos. Las contradicciones son tantas que deberían agobiar la vista de cualquiera y sin embargo nos acostumbramos a vivir entre ellas y por sobre todas las cosas las aceptamos.
___Siempre fue igual. ___Me dicen, pero eso no explica nada y menos lo justifica.
___Es lo que hay___Agregan como frase de moda que solo aporta resignación e impotencia para terminar de edificar a un completo ciudadano.
Así es que por medio de la fe, los hombres viven rezándole a la nada y fabricando explicaciones divinas para lo inaceptable, hay cristianos que tienen una muy clara visión de las contradicciones del mundo capitalista y hasta hacen su propia caridad y luchan contra la miseria, pero siempre le responderán a su imaginaria autoridad superior fabricando un auténtico castillo de barro que se sustenta en una mitología fantástica.
Los manipuladores de la ignorancia y la miseria pueden tener muchos rostros y solo los desenmascararemos a través de su concepto de autoridad, su gusto por los escalafones, los cargos, las responsabilidades, los galardones y esa búsqueda de permanencia, liderazgo y exposición. Nada más triste y despreciable que el que lisonjea a los poderosos y se arrastra traicionando a los de su clase buscando seguridad y confort. Vivimos entre ellos y a menudo caemos en esta verdadera locura, por eso la lucha de los anarquistas muchas veces es interna.
Vivir en un mundo como este reta a los libertarios a nunca trasladar los valores de la sociedad de consumo a las relaciones inmediatas, debemos comprender ante todo que no todo se vende, no todo es producto de especulación y que por sobre todas las cosas: importan las personas. Lamentablemente la pauperización e conómica viene de la mano del deterioro cultural de nuestras naciones, solo hay que prender la televisión para darnos cuenta de cómo nos programan para adquirir, comprar, ganar, tener, usufructuar, consumir y fagocitar todo aquellos que en realidad poco nos hace falta.
El celular ha pasado a ser un símbolo de status en nuestro tercer mundo, equiparable a los automóviles de los países desarrollados, la gente compite entre si por tener el mejor adminículo de comunicación, tan práctico y necesario algunas veces y tan al pedo la mayoría de estas. Pero como el walkman que fue inventado para usar en los lugares de trabajo para que los obreros escuchen música y no conversen entre sí, el celular les sirve a los supervisores y patrones para tenernos siempre a la orden.
Uno de los mayores logros de los anarquistas ha sido usar históricamente al sistema en contra de si mismo, a través de la red global de Internet, m ientras la mayoría juega en línea o chatea estupideces, los anarquistas nos conectamos e intercambiamos puntos de vista, artículos y nuestros planes de anti dominación, ya cayó el sistema comunista en Rusia, el capitalismo está en crisis por lo menos desde la década del noventa, el cristianismo ha agotado su caterva de mentiras y los musulmanes por su causa se suicidarán hasta el último hombre en nombre de Alá, solo será cuestión de tiempo.
Toda lucha social por pequeña que sea vale y mucho porque ya nadie hace nada por los demás y los pocos que lo intentan pertenecen a los brazos del propio sistema que practica la caridad intentando tapar el sol con un dedo, en n uestro país el estado les paga por mes a los pobres y marginados un sueldo miserable para asegurarse que no vaya a haber un estallido social. Así pactan los capitalistas cuando se les va la mano en la explotación, repartiendo la ropa usada y las migajas, inaugurando campeonatos de fútbol o restaurando teatros como el Solís, donde de vez en cuando se lleva a los pobres para que vean de lo que se pierden. La mayoría de las organizaciones no gubernamentales y las iglesias protestantes como “Pare de sufrir” son importantes válvulas de escape para la impotencia y el desaliento de los pobres, ancianos y enfermos que ya no encuentran respuestas y la buscan en una cruz y en los cuentos de La Biblia.
Para terminar, reitero que no se trata de convencer a nadie, todos tenemos nuestros órganos perceptores y no veremos lo que no queramos ver, porque cuando de entender el mundo se trata, puede ser muy traumático comprender que vivimos en una mentira.
Hasta siempre.
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