Sunday, October 23, 2011

El Viaje a la Niñéz

El Viaje a la Niñéz
Por: Darío Valle Risoto

Introducción: Hace ya algunas noches tuve un sueño extraño, soñé que mediante alguna cosa desconocida mi mente y mis conocimientos viajaban al pasado para entrar en mi yo con doce años, todas mis vivencias de más de cuarenta en aquel Darío asmático con sus padres vivos en el mundo de los años setenta. Este pensamiento me quedó rondando en la cabeza... ¿Y si fuera posible? ¿Que pasaría con un niño que sabe lo que le pasará al mundo hasta el 2011. ¿Le creerían?, ¿Podría hacer que mi padre deje de fumar para que no muera a los cincuenta y siete de cancer al pulmón?. Tal vez y solo tal vez a través de este cuento que comienzo a compartir con ustedes, encuentre alguna de las respuestas a estas preguntas y muchas más. Gracias por estar.

El Viaje a la Niñez
Por Darío Valle Risoto

El mate estaba lavado.
No había muy buena onda en el aire, hacía ya largas horas que deberían haberse retirado a dormir, sin embargo seguían los tres científicos frente a los ordenadores. Catanzaro bostezaba, Lucas trataba de superar sus grandes deseos de prender un cigarrillo y Leticia perdía poco a poco la noción del tiempo.
__Debimos dejarlo para la semana que viene. ¿Qué día es hoy?
__Lunes.
__Viernes __Corrigió la única mujer, Lucas observó su reloj de pulsera pero estaba con la pantalla en blanco, luego recordó que habían bajado el jueves y que…
__ Sábado, tiene que ser sábado. __Aseguró__ Creo… ___Agregó no muy seguro.
__ Me importa una mierda el día, si no podemos calibrar los  flujos de elementos Quark el espécimen se puede perder para siempre.
__ El cobayo 2.03 volvió sin problemas.
__ Volvió muerto Leticia, estaba muerto.
__ Bueno, pero debemos suponer que viajó al siglo XIX según la calibración original.

El viejo profesor Catanzaro escupió su derrota insultando y apagado su ordenador Apple como si se tratara de un enemigo al que hay que sacarle un ojo, se sentía tan cansado, más de cincuenta años como físico cuántico y todavía luchaba al borde del precipicio del gran viaje.
__ ¡Tenía que haber sido carnicero, dentista o hasta taxista, pero tuve que estudiar física… ¡Me cago en dios!

Lucas tuvo uno de sus gestos típicos, nunca perdía la cordura, era flaco, flaquísimo, alto, de cortos cabellos castaños y ojos vivaces, llevaba los lentes de leer y cierta sonrisa se le vino a la cara pecosa cuando tuvo uno de sus típicos atisbos de genialidad.
__ Creo que la clave está en que viajar en el tiempo sigue siendo una imposibilidad a menos que busquemos otra solución al transporte de moléculas al pasado, hemos agotado casi la capacidad de generar energía de nuestro reactor y solo mandamos al pasado a una ardilla. Creo…
__ Cobayo ___Corrigió Leticia Fuentes.
__ Lo que sea, creo que nos entendemos, ya hemos logrado robar imágenes y sonidos del pasado mediante el uso del satélite Ruso y transpolar los elementos quánticos V67 y V209… Se me ocurre…

__ ¡Pero habla ya muchacho!__ Gritó Humberto Catanzaro saliéndose de sus ojos y tratando de arreglar como siempre su cabellera color cenizas.
Lucas fue hasta el pequeño equipo de música que descansaba sobre uno de los innumerables archiveros y volvió a poner el único tema musical que lo centraba en sus pensamientos casi siempre formidables. Sheep de Pink Floyd comenzó con los clásicos sonidos del bajo, pájaros y ovejas.
Lucas miró a Leticia con cierta soberbia, eran colegas pero siempre había convivido su colaboración en base a un enfrentamiento digno pero no exento de cierta carga sexual.
__ ¿Qué esperas? ___ Le dijo ella sentándosele en  frente y cruzando sus piernas perfectas aunque tan cansadas como el resto del cuerpo.
__ Me pregunto si no será posible extrapolar los pensamientos de alguien del presente a su propio cuerpo en el pasado, así sería posible el viaje en el tiempo sin problemas con la materia o el riesgo de la paradoja de tener dos cuerpos en el mismo tiempo espacio, lo sé, si enviamos a alguien antes de su nacimiento tampoco sucedería pero creo que esta nueva idea podría funcionar.
__ ¡Subyugante! ___Exclamó Catanzaro mientras volvía a prender su ordenador pero ahora con más dulzura.
__ Me parece una pendejada. __ Opinó Leticia mientras en su interior comenzaba a trazar mapas mentales y a reconfigurar lo que podría ser el camino más correcto para probar la teoría de su colega que la miraba con una sonrisa perturbadora.

Continuará.

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