HalloweenPor: Darío Valle Risoto
Esta festividad de origen anglosajón remite a la noche de Samahin donde se festejaba el fin del verano y por consiguiente el término de la cosecha, como festividad en absoluta asociación con la naturaleza me parece mucho más justa que por ejemplo ese híbrido de la navidad donde se conmemora fuera de fecha el nacimiento del gran estafador. Si bien en el hemisferio sur termina el invierno, también la creo digna porque esta fecha en cambio anuncia el fin del invierno y ya lo vemos a nuestro alrededor con los buenos climas y las chicas con poca ropa calentando el ambiente.
En los últimos años en Uruguay comenzó a festejarse Halloween como sucede todo, por una simple idea comercial impulsada por Tienda Inglesa para vender productos asociados a este querido Jack o´Lantern y toda la parafernalia de cosas negras y anaranjadas. Si bien a los niños en principio se los sacaba chiflando sin treta ni regalo, ahora en los últimos años ya nos preparamos con golosinas y caramelos para recibirlos y algún whisky por si vienen acompañados de sus jóvenes mamás o de una hermanita masticable. (¡dios mio hay cada nena de quince que....perdón!)
Todavía quedan en estas tierras los idiotas que tomando una coca cola y fumando Marlboros te dicen que es una fiesta ¿foránea? o los peores imbéciles al cuadrado de las iglesias de Pare de sufrir, pentecostales, testículos de Jehová o las vírgenes descalzas del Barrio Borro que te hinchan los quinotos con que es una fiesta satánica.
¡Que me importaaaaaaaa!
Me encanta ver niños disfrazados de monstruitos jodiendo a la gente y las calabazas de plástico iluminadas y esas tandas de películas de terror que pueblan la televisión cable, así que a disfrutar Noche de Brujas y si queman algún cristinano reciben mi total bendición.
Un regalo gracias a Marcelo Bandera:
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