Por: Darío Valle Risoto
El tema de la robótica me interesa desde niño, recuerdo que mi padre me hacía bocetos de un posible hombre automático con motores en las piernas y brazos que él había ideado, lamentablemente vivíamos en un hogar muy humilde y esto no pasaba de sueños, aún así mi viejo siempre compartió conmigo grandes fantasías que involucraban mundos futuros, viajes en el tiempo y paradojas científicas varias.
También me crié viendo mucho cine y también televisión, cierta vez vimos un capítulo de una serie de Narcizo Ibañez Menta donde un científico moribundo se vengaba de sus enemigos utilizando un robot, eso la verdad fue increíble y tal vez alguna vez gracias a esta maravillosa web vuelva a verlos.
Muchos años después mi padre murió dejándome con la convicción aún hoy de que en alguna parte volveremos a encontrarnos ya sea en astral como por el uso de algún aditamento que me permita viajar hacia el pasado, siempre conservo la fantasía de ir a él, pongamos que en 1958, antes de que yo nazca, invitarlo a unas copas y pedirle encarecidamente que deje de fumar para que no muera con solo cincuenta y siete años luego de un gran sufrimiento.
Así que el tema de la robótica y de los viajes en el tiempo me apasionan realmente. Allá por los años en que trabajé como un condenado en los Talleres Barreiro y Ramos, el “Chiqui” Pereira me prestó la novela: El Hombre Bicentenario, lo que me dejó realmente entusiasmado con una historia que luego sería recreada en el cine con no mucha fortuna.
Toneladas abrumadoras de Literatura chatarra (La que más me gusta) fueron las que consumía comprando y/o canjeando libros en la tradicional feria de Tristán Narvaja en Montevideo, me leí de todo y así años después en una clase de Marketing del Curso de Técnico en Comunicación Social, dejé perplejos a mis compañeros/as con una nota de pedido para comprar una Cyber Compañera. Bueno, se trataba de ensayar con correspondencia comercial ¿no?.
Todo esto viene a que el amigo Zardoz vuelve a ponerme los pelos de punta, en el buen sentido; gracias a una película que ya me había recomendado cuando leyó mis “Cuentos de Robots” pero que dejé momentáneamente de lado por dos razones, la primera es que entre tantas películas viejas, animes y estrenos que me bajo, ya no sé por donde seguir y además los gestores de descarga nunca me funcionan bien y la segunda es que tenía miedo de contaminarme y que pretendo que mis cuentos de robots sigan lo más originales que puedan en un género donde ya todo fue dicho hace unos veinte años... ¡Salve Asimov!
Bueno, ocurre que anteayer vi “Cyborg Girl”, que según el portal de zardoz pertenece al mismo director de las películas de Ji-hyun Jun quién a desplazado de mi vida nada menos que a Angelina Jolie y realmente es una cosa como para que te explote el bobo, de ver en unos cuatro días unas tantas películas super-archi-recontra-de puta madre-buenas. Y me quedo corto.
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