La mujer que fue tiempo

La Mujer que fue Tiempo
Por: Darío Valle Risoto

Tuve el aliento puro de un amor adolescente
clara la mujer de la luna sonriente
y fría la noche del ocaso de la alegría,
Alcancé las cúspides de esas tormentas,
mares infaustos del sexo grandilocuente
que muere húmedo y desaprensivo,
entre las sabanas de una mujer ausente.

El aroma del almizcle y el semen indecente
de sus pechos empapados de tristeza,
era ella el principio de la sorpresa
y la meta de las sexuales y malditas rutinas.

Se masticaron los minutos esos momentos
en que el amor le dio lugar al fastidio
y entre sus muslos mojados y algo tibios
comprendí que el amor mejor es el breve
y que nada tiene mejor fin que principio.

Acunados fuimos de la mujer sin tiempo
ejemplos claros de que nos vamos cayendo
sin salvación de esa pesadumbre de muerte,
donde lloraremos por los amores ausentes.

Furiosa, terrible es la mujer que fue tiempo
transformándose en el sujeto de mis locuras,
nostalgias de aquellas viejas torturas,
que llamamos: cariño, deseo, amor...
y por ultimo: remordimiento