Marshall Mc Luhan
Según Wikipedia¿Cuál era el particular enfoque de McLuhan? Esencialmente, podría decirse que no tenía ninguno. La aproximación de McLuhan a un determinado problema partía de negar un punto fijo, puesto que la comprensión requiere siempre, para él, un enfoque multidimensional. Con total libertad, sus escritos carecen de argumentaciones complejas o de tesis alguna que se desarrolle linealmente a lo largo de sus páginas.
Es innegable que McLuhan fue, en efecto, un hombre libre. Su lápida reza, con tipografía digital:
La verdad nos hará libres. (Cita bíblica: Veritas liberabit nos.)
Diarios y revistas lo recordaron a su muerte con calificativos como Místico de la Aldea Electrónica o El más hippie entre los académicos y el más académico entre los hippies.
Es innegable que McLuhan fue, en efecto, un hombre libre. Su lápida reza, con tipografía digital:
La verdad nos hará libres. (Cita bíblica: Veritas liberabit nos.)
Diarios y revistas lo recordaron a su muerte con calificativos como Místico de la Aldea Electrónica o El más hippie entre los académicos y el más académico entre los hippies.
La perspectiva de McLuhan respecto a los medios de comunicación social se ha dado en llamar determinismo tecnológico. Aunque es probable ver en él, también, a un visionario. En efecto, cuando McLuhan murió, la televisión por cable aún no era una realidad mundial, los habitantes de la 'aldea global' aún poco sabían sobre interactividad, e-books, multimedia, vídeoconferencias... pero la obra de McLuhan nos ha dejado un marco teórico que nos permite estudiar y comprender la naturaleza de estos nuevos medios que han revolucionado la historia de la comunicación de la humanidad.
Cuando McLuhan, a mediados de la década de los 60, llamó por primera vez la atención del público al redefinir medios y mensajes, hubo quien interpretó que lo que hacía era promover el fin de la cultura del libro para propiciar la era de la televisión. Pero, en realidad, lo que hacía era advertir sobre el poderoso potencial del nuevo medio. Se sabe que en su vida privada McLuhan rechazaba a la TV hasta tal punto que le pedía a su hijo que impidiera que sus nietos la vieran. En efecto, llamó a la TV «el gigante tímido» y pretendía generar conciencia acerca de su enorme poder.
El pensamiento de McLuhan respecto a los medios de comunicación se inicia a partir de las siguientes ideas:
1. Somos lo que vemos.
2. Formamos nuestras herramientas y luego éstas nos forman.
En esta línea, podría afirmarse que veía en los medios más agentes de posibilidad que de conciencia: así, los medios podrían compararse con caminos y canales, antes que con obras de valor artístico o modelos de conducta a seguir.
Es habitual que pensemos que los medios no son sino fuentes a través de las cuales recibimos información, pero la concepción de McLuhan era que cualquier tecnología (todo medio) es una extensión de nuestro cuerpo, mente o ser.
Los medios tecnológicos son entendidos como herramientas que extienden las habilidades humanas, del mismo modo que una bicicleta o un automóvil son una extensión de nuestros pies... la computadora sería una extensión de nuestro sistema nervioso central.
El medio es el mensaje
Así como el medio es entendido como una extensión del cuerpo humano, el mensaje no podría limitarse entonces simplemente a contenido o información, porque de esta forma excluiríamos algunas de las características más importantes de los medios: su poder para modificar el curso y el funcionamiento de las relaciones y las actividades humanas.
En esta línea, McLuhan definirá el mensaje de un medio como todo cambio de escala, ritmo o letras que ese medio provoque en las sociedades o culturas. De esta forma, el content se convierte en una ilusión o visión, en el sentido de que éste se encuentra enmascarando, como La Máscara, la modificación del medio (la mediatización).
Medio y mensaje funcionan en pareja, comprometidos más o menos, puesto que uno puede contener a otro: el telégrafo contiene a la palabra impresa, que contiene a su vez a la escritura, que contiene al discurso... y así, por lo que el contenido se convierte en el mensaje del medio continente.
Habitualmente no notamos que existe interacción entre los medios y, dado que su efecto sobre nosotros, en tanto audiencia, suele ser poderoso, el contenido de cualquier mensaje resulta menos importante que el medio en sí mismo.
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