100 discos de Rock
99 The Number of the Beast
Iron Maiden
Por: Darío Valle Risoto
En 1982 sale el tercer álbum de la banda paradigma del Heavy Metal clásico y la primera que se le viene a la mente a cualquier metalero del Uruguay a la Cochinchina: Iron Maiden.
Y fue riesgoso cambiar de vocalista porque Paul Di’Anno y tenía sus seguidores pero el riesgo valió la real pena de incorporar a una de la mejores voces de toda la historia del rock: El señor Bruce Dickinson.
En el Uruguay se pasaron hasta el cansancio dos de sus temas: El que le da título al disco y corre hacia las colinas, sus videos se repitieron hasta el hartazgo (No de mi) en el canal oficial en un programa que se llamaba: Música Genial y mi amigo Juan se compró el vinilo que escuchamos allá en su apartamento de Capurro hasta el cansancio.
Y poco entenderán los ignorantes que etiquetan como sonido de latas esta maravilla mientras se sienten felices bailando “música para monos” a saber: remierdetón y todo lo demás. Proliferaron bandas de metal en todos los rincones del planeta y los dibujos de Eddie la mascota de Maiden se multiplicó más que las putas biblias.
¿Qué buenas épocas!
Inútil poner esta placa sin sentirse feliz de ser metaleros, de haber vivido con suficiente cabeza la década del ochenta y aún estar vivos para contárselos mis queridos lectores. Por cierto que habrá otros discos quizás de la doncella pero este tiene un sitial preponderante entre mis discos que me cambiaron la vida. O esto que creo lo es… ¿Quién sabe?
99 The Number of the Beast
Iron Maiden
Por: Darío Valle Risoto
En 1982 sale el tercer álbum de la banda paradigma del Heavy Metal clásico y la primera que se le viene a la mente a cualquier metalero del Uruguay a la Cochinchina: Iron Maiden.
Y fue riesgoso cambiar de vocalista porque Paul Di’Anno y tenía sus seguidores pero el riesgo valió la real pena de incorporar a una de la mejores voces de toda la historia del rock: El señor Bruce Dickinson.
En el Uruguay se pasaron hasta el cansancio dos de sus temas: El que le da título al disco y corre hacia las colinas, sus videos se repitieron hasta el hartazgo (No de mi) en el canal oficial en un programa que se llamaba: Música Genial y mi amigo Juan se compró el vinilo que escuchamos allá en su apartamento de Capurro hasta el cansancio.
Y poco entenderán los ignorantes que etiquetan como sonido de latas esta maravilla mientras se sienten felices bailando “música para monos” a saber: remierdetón y todo lo demás. Proliferaron bandas de metal en todos los rincones del planeta y los dibujos de Eddie la mascota de Maiden se multiplicó más que las putas biblias.
¿Qué buenas épocas!
Inútil poner esta placa sin sentirse feliz de ser metaleros, de haber vivido con suficiente cabeza la década del ochenta y aún estar vivos para contárselos mis queridos lectores. Por cierto que habrá otros discos quizás de la doncella pero este tiene un sitial preponderante entre mis discos que me cambiaron la vida. O esto que creo lo es… ¿Quién sabe?
Una contraportada ingenua hoy día pero una lista insuperable de éxitos
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