Los Titanes en el Ring
Por: Darío Valle Risoto
Por: Darío Valle Risoto
En la foto de su izquierda a derecha: Coreano Sun, Mercenario Joe, el árbitro William Boo, Joe Galera el manager, Super Pibe, El Caballero Rojo, Martín Karadajián, Benito Durante, Yolanka el astronauta, Ulises el Griego, Pepino el Payaso y el Hippie Heart.
De mis mejores recuerdos de la infancia son estos luchadores argentinos que encarnando a toda suerte de personajes históricos, de la imaginación o simplemente luchando bajo determinadas características me llevaron a quedar hipnotizado frente a la enorme pantalla de mi televisión Columbia de 24 pulgadas… si de esas a válvulas en que había que levantarse a arreglarle el horizontal a cada rato, el control remoto solo existía en las películas usamericanas.
Martín Karadajián es de esos personajes entrañables que la Argentina ha sabido darnos para que imperecederamente nos queden en la memoria las canciones de sus luchadores, los trajes, las posturas estrafalarias y los desafíos en el cuadrilátero bajo la atenta mirada de los árbitros no siempre honestos.
Yo hasta llevaba una lista de peleas y le adjudicaba puntos a los luchadores de acuerdo a los resultados, mi preferido: El Caballero Rojo, mi padre seguía a Ulises el Griego y mi madre no veía con muy buenos ojos las contiendas de catch.
Tengo aún la colección de postales de los Titanes, así también muchos muñequitos que en el Uruguay venían de regalo en los waffles “Chocolondo” y en la Argentina creo que salían en los chocolatines Jack. También hubo álbumes de figuritas, medallas de plástico, banderines, pósters, trajes para niños, máscaras y hasta una historieta que salía en el diario todos los domingos. Fue una invasión de merchandising temprana y absolutamente criolla, creo que fue de las primeras veces en que seguíamos un producto que no venía de los Estados Unidos.
Hubo momentos históricos como las pelea de La momia contra Karadajían o de esta misma contra “La momia Negra”, de temporada en temporada algunas figuras desaparecían y venían otras nuevas pero algunos como el ya citado Caballero Rojo; el Mercenario Joe, El Gitano Ivanoff, El ancho Rubén Peucelle, Pepino el payaso y súper pibe y muchos otros permanecieron durante varios años. Luego mi vieja comenzó a seguirlos medio obligada y se hizo fan de “David el Pastor” un luchador muy pedorro que siempre perdonaba a sus contendientes tras ganarles.
De mis mejores recuerdos de la infancia son estos luchadores argentinos que encarnando a toda suerte de personajes históricos, de la imaginación o simplemente luchando bajo determinadas características me llevaron a quedar hipnotizado frente a la enorme pantalla de mi televisión Columbia de 24 pulgadas… si de esas a válvulas en que había que levantarse a arreglarle el horizontal a cada rato, el control remoto solo existía en las películas usamericanas.
Martín Karadajián es de esos personajes entrañables que la Argentina ha sabido darnos para que imperecederamente nos queden en la memoria las canciones de sus luchadores, los trajes, las posturas estrafalarias y los desafíos en el cuadrilátero bajo la atenta mirada de los árbitros no siempre honestos.
Yo hasta llevaba una lista de peleas y le adjudicaba puntos a los luchadores de acuerdo a los resultados, mi preferido: El Caballero Rojo, mi padre seguía a Ulises el Griego y mi madre no veía con muy buenos ojos las contiendas de catch.
Tengo aún la colección de postales de los Titanes, así también muchos muñequitos que en el Uruguay venían de regalo en los waffles “Chocolondo” y en la Argentina creo que salían en los chocolatines Jack. También hubo álbumes de figuritas, medallas de plástico, banderines, pósters, trajes para niños, máscaras y hasta una historieta que salía en el diario todos los domingos. Fue una invasión de merchandising temprana y absolutamente criolla, creo que fue de las primeras veces en que seguíamos un producto que no venía de los Estados Unidos.
Hubo momentos históricos como las pelea de La momia contra Karadajían o de esta misma contra “La momia Negra”, de temporada en temporada algunas figuras desaparecían y venían otras nuevas pero algunos como el ya citado Caballero Rojo; el Mercenario Joe, El Gitano Ivanoff, El ancho Rubén Peucelle, Pepino el payaso y súper pibe y muchos otros permanecieron durante varios años. Luego mi vieja comenzó a seguirlos medio obligada y se hizo fan de “David el Pastor” un luchador muy pedorro que siempre perdonaba a sus contendientes tras ganarles.
Todos peleando en la portada del primer disco de los Titanes, aún es un material de culto
Y hasta los fuimos a ver un ignoto domingo en el Cilindro Municipal de Montevideo, yo niño me quedé alelado al subir al ring y que el mismísimo Caballero Rojo me diera un beso, ¡era como abrazar a Superman! y mi madre se quedó loca de la vida porque en una pelea casi le tiran encima al Hippie Jimmy que era alto y rubio y ayudaba al Hippie Heart. Una cosa de locos.
Hubo imitaciones, intentos tras varios años luego de recapturar aquella vieja magia donde los relatores le ponían dinamismo a luchas ensayadas pero que nosotros creíamos eran reales, de todas maneras no debería ser nada fácil jugar ese juego donde los malabares implicaban tirarse sobre un tipo desde las cuerdas o caerse del ríng entre las butacas.
Entre la producción de marketing de los Titanes también hubo algunos discos con las canciones de cada luchador, un homenaje de bandas argentinas, un par de películas y esa sensación de que al morir Martín Karadagián tal como sucedió con el negro Olmedo, una época mágica se nos fue para siempre.
Gracias Martín.
El Caballero Rojo junto al campeón de campeones Martín Karadajián
La colección de muñequitos de los Tittanes, yo tengo varios pero sin pintar
La Momia: Emblemático personaje que se movía muy lentamente pero su fuerza era letal
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