Los Especímenes
Por: Darío Valle Risoto
__ Polivalente
__ No lo creo Konrad
__ Bueno, el sistema a veces tiene sus contradicciones, ya casi estamos por perder la cuenta de los diversos internos de abstracción.
__ Creo que esta misión apesta.
__ El Gran Pretor te amonestaría si te escuchara Luartes.
Bajó la cabeza, Konrad no supo si avergonzado o para reírse del trabajo como solía hacerlo, sus antenas se colorearon de rosa fuerte y lanzó un bufido por sus fosas nasales.
__ Deberías cuidarte ese resfrío, no eres el único que ha muerto de sobreexposición a una especie alienígena.
Luartes se acercó a la vitrina, detrás había dos especímenes totalmente desnudos en una especie de recreación de su medio ambiente. La piel azul del Kapaciano contrastaba contra el cristal de Milizzte color negro.
Konrad era un poco menos “azul”, señal de que era demasiado joven aún para ser un científico premiado por los cuatro continentes y catorce naciones de las colonias de Kapacia desde el lejano este a las zonas Balnearias.
__ Macho y hembra les llaman.
__ ¿Se han apareado?
__ Creo que ella lo detesta.
__ Una golondrina no hace verano.
__ ¿Qué? ¿Volviste a tomar licor de Mezxdrecina?
__ Eso tradujo el traductor universal, lo dijo el macho cuando la mujer se acercó a tocarlo.
__ ¿Y como se aparean?
__ Aparentemente el macho coloca su antena dentro de la hembra, por allí, donde hay pelambre.
__ ¡Que asco!
__ Bueno, parece interesante, en su planeta todas sus culturas giran en torno al solo hecho de colocarse las antenas en sus orificios.
__ ¿Más de uno?
__ Y entre machos también.
__ ¡Abominable!
No lo soportó más, se fue llevando su pesado cuerpo humanoide y moviendo su cola por el corredor hasta la soterraza.
Luartes sin embargo sentía cierta atracción por esos raros especímenes cazados en una incursión fuera de los límites más lejanos del vector 304 de Kapacia. Kemo los había cazado cuando bajó en el límite sur del continente llamado Amerrika. Kemo era todo un héroe para los confines del consejo y respetado por los Pretores como nadie antes lo había sido.
Y Kemo era hembra, aunque nadie lo quería considerar.
Luartes se rascó la cabeza calva y sus antenas volvieron a tintinear, se rascó las orejas puntiagudas con sus manos cuidadas de seis dedos delgados y sin uñas como esas que veía el hombre usaba para intentar rasgar el cristal.
__ ¿Querrá decirme algo?
No tendría muchos problemas ya el espécimen había aceptado su condición de tal, eran los suficientemente inteligentes para saberlo, eran parte de la investigación científica del honorable Gran Pretor Kapaciano. ¡Gran honor!
Luartes se colocó el cinturón y activó el campo de fuerza mesoeléctrico antes de entrar.
__ ¿Qué pasa humano?
__ Necesito algo para comer. ¿Tenés pan?
__ Lo podemos replicar. ¿La hembra?
__ ¿La mina?
__ Si… la hembra, no… ¿No es de su agrado?
Se rascó la cabeza, no tenía antenas y estaba calvo en medio a diferencia de la hembra que permanecía contra la pared más alejada con gesto aterrado no bien entró Luartes con su piel azul y sus dos metros y medio de alto.
__ Huele mal.
__ ¿Qué?
__ Olor, huele mal, le hiede todo el cuerpo a la gorda. ¿De repente si le pegan una enjabonada?
El traductor siseo unos segundos pareció enloquecerse, Luartes observó la pantalla donde los caracteres se modificaban a señales auditivas y viceversa.
__ No se lo que es el olor humano, no conocemos esa palabra, tampoco que significa.
__ ¡Con razón!, Vos tenés olor a trapos viejos o a mariguana si se lo mira bien.
__ ¿Le traigo pan?
__ ¿Vino tendrías?
Luartes se fue y apagó el campo de fuerza, el humano ni siquiera había dado muestras de violencia o beligerancia, solamente hacía muchas preguntas y pedía cosas extrañas, el Gran Pretor podría tener respuestas pero en ese momento estaba de viaje en Vaporra XI.
Unos momentos después le dejó el vino y el pan replicados, el hombre le dio una parte a la mujer y se puso a tomar y a comer sin hacerse mucho problema. La mujer se acercó e hizo lo propio pero se veía atemorizada.
Entonces el hombre se volvió a verla y le dijo:
__ Mira gorda en cuanto me mame bien mamado te la pongo.
Por: Darío Valle Risoto
__ Polivalente
__ No lo creo Konrad
__ Bueno, el sistema a veces tiene sus contradicciones, ya casi estamos por perder la cuenta de los diversos internos de abstracción.
__ Creo que esta misión apesta.
__ El Gran Pretor te amonestaría si te escuchara Luartes.
Bajó la cabeza, Konrad no supo si avergonzado o para reírse del trabajo como solía hacerlo, sus antenas se colorearon de rosa fuerte y lanzó un bufido por sus fosas nasales.
__ Deberías cuidarte ese resfrío, no eres el único que ha muerto de sobreexposición a una especie alienígena.
Luartes se acercó a la vitrina, detrás había dos especímenes totalmente desnudos en una especie de recreación de su medio ambiente. La piel azul del Kapaciano contrastaba contra el cristal de Milizzte color negro.
Konrad era un poco menos “azul”, señal de que era demasiado joven aún para ser un científico premiado por los cuatro continentes y catorce naciones de las colonias de Kapacia desde el lejano este a las zonas Balnearias.
__ Macho y hembra les llaman.
__ ¿Se han apareado?
__ Creo que ella lo detesta.
__ Una golondrina no hace verano.
__ ¿Qué? ¿Volviste a tomar licor de Mezxdrecina?
__ Eso tradujo el traductor universal, lo dijo el macho cuando la mujer se acercó a tocarlo.
__ ¿Y como se aparean?
__ Aparentemente el macho coloca su antena dentro de la hembra, por allí, donde hay pelambre.
__ ¡Que asco!
__ Bueno, parece interesante, en su planeta todas sus culturas giran en torno al solo hecho de colocarse las antenas en sus orificios.
__ ¿Más de uno?
__ Y entre machos también.
__ ¡Abominable!
No lo soportó más, se fue llevando su pesado cuerpo humanoide y moviendo su cola por el corredor hasta la soterraza.
Luartes sin embargo sentía cierta atracción por esos raros especímenes cazados en una incursión fuera de los límites más lejanos del vector 304 de Kapacia. Kemo los había cazado cuando bajó en el límite sur del continente llamado Amerrika. Kemo era todo un héroe para los confines del consejo y respetado por los Pretores como nadie antes lo había sido.
Y Kemo era hembra, aunque nadie lo quería considerar.
Luartes se rascó la cabeza calva y sus antenas volvieron a tintinear, se rascó las orejas puntiagudas con sus manos cuidadas de seis dedos delgados y sin uñas como esas que veía el hombre usaba para intentar rasgar el cristal.
__ ¿Querrá decirme algo?
No tendría muchos problemas ya el espécimen había aceptado su condición de tal, eran los suficientemente inteligentes para saberlo, eran parte de la investigación científica del honorable Gran Pretor Kapaciano. ¡Gran honor!
Luartes se colocó el cinturón y activó el campo de fuerza mesoeléctrico antes de entrar.
__ ¿Qué pasa humano?
__ Necesito algo para comer. ¿Tenés pan?
__ Lo podemos replicar. ¿La hembra?
__ ¿La mina?
__ Si… la hembra, no… ¿No es de su agrado?
Se rascó la cabeza, no tenía antenas y estaba calvo en medio a diferencia de la hembra que permanecía contra la pared más alejada con gesto aterrado no bien entró Luartes con su piel azul y sus dos metros y medio de alto.
__ Huele mal.
__ ¿Qué?
__ Olor, huele mal, le hiede todo el cuerpo a la gorda. ¿De repente si le pegan una enjabonada?
El traductor siseo unos segundos pareció enloquecerse, Luartes observó la pantalla donde los caracteres se modificaban a señales auditivas y viceversa.
__ No se lo que es el olor humano, no conocemos esa palabra, tampoco que significa.
__ ¡Con razón!, Vos tenés olor a trapos viejos o a mariguana si se lo mira bien.
__ ¿Le traigo pan?
__ ¿Vino tendrías?
Luartes se fue y apagó el campo de fuerza, el humano ni siquiera había dado muestras de violencia o beligerancia, solamente hacía muchas preguntas y pedía cosas extrañas, el Gran Pretor podría tener respuestas pero en ese momento estaba de viaje en Vaporra XI.
Unos momentos después le dejó el vino y el pan replicados, el hombre le dio una parte a la mujer y se puso a tomar y a comer sin hacerse mucho problema. La mujer se acercó e hizo lo propio pero se veía atemorizada.
Entonces el hombre se volvió a verla y le dijo:
__ Mira gorda en cuanto me mame bien mamado te la pongo.
Fin
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