Thursday, February 26, 2009

Un Jueves de Carnaval

Caminado por 18 de Julio.
Por: Darío Valle Risoto

Hoy hice lo que me gusta hacer cada cierto tiempo, a veces pueden pasar meses pero siempre reitero la costumbre de tomarme una tarde para caminar por nuestra principal avenida desde la calle Fernandez Crespo hasta la Plaza Independencia, despacio y tratando de observar a la muchedumbre que hoy tal vez por ser carnaval no era tan compacta y heterogénea.
Volví a corroborar mi teoría de que en Montevideo habitan las mujeres más lindas de la tierra, esa mezcla de perfiles europeos y cierto tono indígena perdido en algún gen esquivo les da una sensualidad sin igual a las Uruguayas, además la mayoría se viste muy bien pero lamentablemente muchas chicas muy bonitas sufren de cierto sobrepeso, léase algo de exceso de flotadores y más trasero del aconsejable. También comienzo a convencerme de que es cierto lo dicen ellas porque casi no hay hombres por la calle, mejor para mi aunque no le gano a nadie y luego de comprarme un buen lote de DVd,s me siento en un Bar que está frente a la Galería esa que no me acuerdo el nombre y me pongo a mirar a las mujeres que esperan el ómnibus, eso si, con total naturalidad.
La cerveza me la dejan sin la tapita ¿Será para que se caliente y pida otra?, los sandwichescalientes con mussarella llaman las miradas de las chicas más que mi frondosa melena metalera, ¿que le voy a hacer?. Como despacio y sin el Mp3 que ya me tenía sordo con tanto Heavy Metal y observo a una rubia con pantalones marrones con finas rayitas negras verticales que camina con una atractivo inusitado, luego otra de cabello castaño con traje tallier marrón oscuro tiene unos hermosos ojos verdes y llama insistentemente a su celular mientras me mira de reojo.
Tal vez el novio la haya abandonado y se acerque a la mesa y la invite a mi cerveza y luego...
Una tarde de sol sin demasiado calor, un viento perfecto que me obliga a arreglarme el pelo a cada rato, lo debí haber atado y dejarme de joder, un trio de veteranas se sientan cerca de mí y me sonríen. Estoy en el horno, ¿Les recordaré a un nieto?
Pasa una vieja canosa llevando un perrito cruzado con ovejita de esos que tiene Susana Gimenez, la vieja tiene una remera de Metallica intemporal, oproviosa, seguramente el regalo de un nieto maléfico o la venganza de una nuera.
Por suerte los dos Boliperuanos no tocan los charangos y se suben al colectivo, miro para adentro y una rubia espectacular me mira fijamente, a mi, no a los sandwiches, parece Sueca.
Debe ser parte de la invasión Finlandesa de la empresa Botnia y sus inmundas papeleras.
Mucha mujer linda, demasiadas, luego de la cerveza llegué a mi límite y camino hasta la avenida Paraguay para tomarme el ómnibus a casa, dentro del colectivo viaja una mujer con un niño, ella tiene también unos ojos verdes intensísimos, parece otra Europea. ¿Estaré soñando?
Intento no mirarla pero cuando me voy a bajar me sonríe.
___Que pases bien. ____Le deseo sinceramente antes de salir del ómnibus.

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