Internet ese monstruo atrapa cerebros
Por: Darío Valle Risoto
Hace dos días escuchaba a un hombre hablando en el programa de radio “No toquen nada” sobre el cambio sustancial que se da en las formas de lectura a través de las redes de Internet y la paulatina absorción de estos nuevos medios electrónicos y las diferentes formas de leer la realidad, antes los libros nos sumergían en un tiempo donde el placer de la lectura era algo lento, meditado y hasta una fuente de descanso, hoy en cambio leemos rápidamente y en artículos cada vez mas cortos los copetes de historias y noticias.
Creo que la capacidad de absorber rápidamente grandes cantidades de material en formato digital nos ha transformado en acaparadores de información a tal grado que ya no nos tomamos el tiempo necesario como antes para decodificarla con el suficiente tiempo. Mi compañera me decía que ella prefiere los discos sólidos al mp3, que quiere tocar el disco, leer el sobre interno y escuchar los temas uno por uno tranquilamente, lo mismo pasa con un libro o una revista. Estoy de acuerdo con ella.
Pero Internet es barato para quienes no tenemos la posibilidad de comprarnos todo lo que nos gusta, desde luego que continuamente se atenta contra los derechos de autor al bajarse obras pero también se ataca a los sellos, editoriales y distribuidoras que muchas veces se llevan la mayor parte de la ganancia de los artistas y creadores, es difícil y claro que los puntos de vista pueden ser opuestos.
Por otra parte este comunicador que lamentablemente no recuerdo su nombre decía que “sobrevolamos la información” y que raramente nos quedamos en una página mucho tiempo, es cierto porque yo lo vivo, frenéticamente sobrealimentamos nuestro ordenador de todo tipo de carpetas conteniendo información que poco vemos, evaluamos y hasta decodificamos detenidamente. Por otro lado tal ves estemos asistiendo a un cambio evolutivo donde esté naciendo una nueva forma de percibir nuestro mundo y claro que yo no voy a saber en lo que me queda de vida que nos depara el futuro pero deberemos acoplarnos a todo esto que es tan nuevo para el ser humano.
Acabo de leer los comentarios de alguien que me acusa de “plagiar” propiedad de otros y aunque discrepo totalmente con él, también esto forma parte de este mundo inconmensurable donde la información llega a todos y claro que muchas veces nos encontraremos con personas que no están preparadas para este nuevo mundo y cuestionan sin pensar como se debe.
Internet es una gran torre de Babel que contiene inmensos campos de distribución de información, de cada uno depende ser lo suficientemente selectivo como para entrar por aquellas puertas que elige y no a las que le obligan la moda, sus propios deseos reprimidos o la estupidez.
Me siento culpable porque tengo alrededor de 2000 libros de literatura clásica, ciencia-ficción y misterio y apenas si voy terminando el primero, tal parece que ya no tenemos tiempo para nada.
Pertenecer a una red social nos expone de muchas maneras, yo opté por dar mi nombre real conociendo los riesgos, otros prefieren seudónimos porque temen quedar expuestos y no les culpo, ser comunicador social en una época donde algunos se creen dueños de la moral y se ocupan de determinar que está bien o está mal con los ojos cerrados es algo al menos raro.
Gracias por estar.
Por: Darío Valle Risoto
Hace dos días escuchaba a un hombre hablando en el programa de radio “No toquen nada” sobre el cambio sustancial que se da en las formas de lectura a través de las redes de Internet y la paulatina absorción de estos nuevos medios electrónicos y las diferentes formas de leer la realidad, antes los libros nos sumergían en un tiempo donde el placer de la lectura era algo lento, meditado y hasta una fuente de descanso, hoy en cambio leemos rápidamente y en artículos cada vez mas cortos los copetes de historias y noticias.
Creo que la capacidad de absorber rápidamente grandes cantidades de material en formato digital nos ha transformado en acaparadores de información a tal grado que ya no nos tomamos el tiempo necesario como antes para decodificarla con el suficiente tiempo. Mi compañera me decía que ella prefiere los discos sólidos al mp3, que quiere tocar el disco, leer el sobre interno y escuchar los temas uno por uno tranquilamente, lo mismo pasa con un libro o una revista. Estoy de acuerdo con ella.
Pero Internet es barato para quienes no tenemos la posibilidad de comprarnos todo lo que nos gusta, desde luego que continuamente se atenta contra los derechos de autor al bajarse obras pero también se ataca a los sellos, editoriales y distribuidoras que muchas veces se llevan la mayor parte de la ganancia de los artistas y creadores, es difícil y claro que los puntos de vista pueden ser opuestos.
Por otra parte este comunicador que lamentablemente no recuerdo su nombre decía que “sobrevolamos la información” y que raramente nos quedamos en una página mucho tiempo, es cierto porque yo lo vivo, frenéticamente sobrealimentamos nuestro ordenador de todo tipo de carpetas conteniendo información que poco vemos, evaluamos y hasta decodificamos detenidamente. Por otro lado tal ves estemos asistiendo a un cambio evolutivo donde esté naciendo una nueva forma de percibir nuestro mundo y claro que yo no voy a saber en lo que me queda de vida que nos depara el futuro pero deberemos acoplarnos a todo esto que es tan nuevo para el ser humano.
Acabo de leer los comentarios de alguien que me acusa de “plagiar” propiedad de otros y aunque discrepo totalmente con él, también esto forma parte de este mundo inconmensurable donde la información llega a todos y claro que muchas veces nos encontraremos con personas que no están preparadas para este nuevo mundo y cuestionan sin pensar como se debe.
Internet es una gran torre de Babel que contiene inmensos campos de distribución de información, de cada uno depende ser lo suficientemente selectivo como para entrar por aquellas puertas que elige y no a las que le obligan la moda, sus propios deseos reprimidos o la estupidez.
Me siento culpable porque tengo alrededor de 2000 libros de literatura clásica, ciencia-ficción y misterio y apenas si voy terminando el primero, tal parece que ya no tenemos tiempo para nada.
Pertenecer a una red social nos expone de muchas maneras, yo opté por dar mi nombre real conociendo los riesgos, otros prefieren seudónimos porque temen quedar expuestos y no les culpo, ser comunicador social en una época donde algunos se creen dueños de la moral y se ocupan de determinar que está bien o está mal con los ojos cerrados es algo al menos raro.
Gracias por estar.
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