La insoportable levedad del Futbol
Por: Darío Valle Risoto
Publicado en otro blog el 13/9/2007
Creo que como a mí, a muchos de ustedes cuando manifiestan una posición en discordancia con el gusto o punto de vista de una relativa mayoría de personas les vienen con esta frase. Desde luego que cuando el tipo común nos dice que no nos gusta nada, en verdad significa que no nos gusta nada de lo que a él le gusta, ni más ni menos.
Desde luego que como seres sociales e interactivos, vivimos entre relaciones de dependencia y/o múltiples interacciones entre nosotros, lamentablemente a través de los años he visto que las alternativas de los seres humanos están acotadas por la moda y la costumbre.
En mi país como en la mayor parte de este planeta hay un gusto obsesivo por el fútbol, deporte competitivo que pienso yo y parece que solo yo, que para los espectadores debería ser motivo de entretenimiento. Por lo tanto si bien en mi país Uruguay, soy simpatizante del club atlético Peñarol y no lo niego, no me mueve ni una pestaña que pierda por veinticuatro a cero, baje a la divisional “z” o que sea comprado y absorbido el club y todos sus jugadores por su principal “adversario” Nacional.
Por lo pronto el fútbol para mí, fuera de ser motivo de entretenimiento es el vehículo de alienación de gente mayoritariamente estúpida o que no tiene nada mejor que hacer.
Nunca pude comprender un relato futbolístico radial donde un relator me dice como se mueven y juegan unos tipos sobre un campo de juego mientras otro locutor a los gritos pretende intercalar avisos a dos mil palabras por segundo. ¿En realidad alguien le presta atención a las marcas y servicios que este imbécil promociona?
Así que no ha habido reunión social donde no se caiga inevitablemente en el tema del fútbol, he tenido que fumarme todo tipo de lugares comunes entre personas que hablan de fútbol porque en verdad no hay demasiadas variaciones al tema, les dejo algunas.
1. Compra, venta y alquiler de jugadores
2. Lesiones de jugadores
3. Posición en el campeonato y posibilidades de ganarlo
4. Recuento de copas, medallas y logros varios
5. Comparaciones siempre poco novedosas entre clubes
6. Recontó de los defectos propios de la parcialidad contraria ej. : “se la comen todos”
7. Recuerdo de viejas victorias y de jugadores históricos (¿para quienes?)
Pienso que muchas veces el recurrente tema del fútbol viene a solucionar la falta de temas más interesantes de conversación entre personas que en realidad poco difieren de un protozoario o de una ameba y es por eso que les resulta tan fácil caer en fanatismos que no tienen absolutamente ningún asidero lógico.
1. El fútbol es una pasión de multitudes
2. Doy la vida por....... (agregue el nombre de su cuadro preferido)
3. Mi corazón está con... (Idem estupidez anterior)
Hay una sucesión inevitable de frases que parecen acuñadas por un perfecto neanderthal descerebrado y que requieren una sobredósis de surrealismo para que las comprenda, menos comprendo como hay gente que suele cagarse a palos con otros todos los fines de semana porque siguen diferentes colores deportivos.
Lo más extraño es que he conocido amigos con una gran carga intelectual, tipos que han llegado muchísimo más lejos que yo no-solo académicamente sino intelectualmente, que han perdido la chaveta por un resultado futbolístico o la pérdida de un campeonato. Otra cosa que nunca pude comprender son las para mí desmedidas demostraciones de júbilo cuando se consigue ganar algún torneo. Me parece bien la alegría pero que miles de personas salgan a la calle a manifestar porque su país ganó un campeonato de fútbol, creo que es un poco exagerado.
Pero el fútbol es un negocio gigantesco que mueve miles de millones de dólares y en Uruguay le da de comer a un montón de abogados frustrados devenidos en Periodistas deportivos que han pasado sus larvales vidas dándole manija a los tontos que se dejan llevar por argumentos tan sutiles como aquellos que sostienen tal o cual teoría sobre la indemnización molecular del cuero de una pelota sobre el paradigma orbital de una cancha mojada.
Todo se dijo sobre fútbol hace al menos 50 años atrás y las variantes siempre son estas cuatro:
1. Se gana el partido
2. Se pierde el partido
3. Se empata el partido
4. Se suspende por dictamen del juez o por catástrofe absoluta
No hay mucho más que eso y sin embargo esta ola incontenible de pasión, sudor, colores y machismo tiene al mundo absolutamente conquistado.
Yo me he tenido que fumar él: A vos no te gusta nada, cuando cuento que la última vez que vi un cotejo futbolístico fue en un mundial en que la final la jugó Italia con no se quién y me quedé dormido a los veinte minutos de comenzar el mismo.
No hay caso, el fútbol no me gusta y que en esta vida no te guste el fútbol levanta reacciones más poderosas que cuando exclamo: ¡Me cago en Dios!, El fútbol es dios, la virgen y la puta madre que los parió del noventa y nueve por ciento de los Uruguayos, ya me tienen podrido los 2000 programas deportivos, los canales cable deportivos, los relatos deportivos que en realidad no son DEPORTIVOS, son de Fútbol, un deporte que ha dejado de ser deporte para transformarse en el gran circo romano moderno, sin pan pero con mucho entretenimiento, al menos para los demás.
Desde luego que como seres sociales e interactivos, vivimos entre relaciones de dependencia y/o múltiples interacciones entre nosotros, lamentablemente a través de los años he visto que las alternativas de los seres humanos están acotadas por la moda y la costumbre.
En mi país como en la mayor parte de este planeta hay un gusto obsesivo por el fútbol, deporte competitivo que pienso yo y parece que solo yo, que para los espectadores debería ser motivo de entretenimiento. Por lo tanto si bien en mi país Uruguay, soy simpatizante del club atlético Peñarol y no lo niego, no me mueve ni una pestaña que pierda por veinticuatro a cero, baje a la divisional “z” o que sea comprado y absorbido el club y todos sus jugadores por su principal “adversario” Nacional.
Por lo pronto el fútbol para mí, fuera de ser motivo de entretenimiento es el vehículo de alienación de gente mayoritariamente estúpida o que no tiene nada mejor que hacer.
Nunca pude comprender un relato futbolístico radial donde un relator me dice como se mueven y juegan unos tipos sobre un campo de juego mientras otro locutor a los gritos pretende intercalar avisos a dos mil palabras por segundo. ¿En realidad alguien le presta atención a las marcas y servicios que este imbécil promociona?
Así que no ha habido reunión social donde no se caiga inevitablemente en el tema del fútbol, he tenido que fumarme todo tipo de lugares comunes entre personas que hablan de fútbol porque en verdad no hay demasiadas variaciones al tema, les dejo algunas.
1. Compra, venta y alquiler de jugadores
2. Lesiones de jugadores
3. Posición en el campeonato y posibilidades de ganarlo
4. Recuento de copas, medallas y logros varios
5. Comparaciones siempre poco novedosas entre clubes
6. Recontó de los defectos propios de la parcialidad contraria ej. : “se la comen todos”
7. Recuerdo de viejas victorias y de jugadores históricos (¿para quienes?)
Pienso que muchas veces el recurrente tema del fútbol viene a solucionar la falta de temas más interesantes de conversación entre personas que en realidad poco difieren de un protozoario o de una ameba y es por eso que les resulta tan fácil caer en fanatismos que no tienen absolutamente ningún asidero lógico.
1. El fútbol es una pasión de multitudes
2. Doy la vida por....... (agregue el nombre de su cuadro preferido)
3. Mi corazón está con... (Idem estupidez anterior)
Hay una sucesión inevitable de frases que parecen acuñadas por un perfecto neanderthal descerebrado y que requieren una sobredósis de surrealismo para que las comprenda, menos comprendo como hay gente que suele cagarse a palos con otros todos los fines de semana porque siguen diferentes colores deportivos.
Lo más extraño es que he conocido amigos con una gran carga intelectual, tipos que han llegado muchísimo más lejos que yo no-solo académicamente sino intelectualmente, que han perdido la chaveta por un resultado futbolístico o la pérdida de un campeonato. Otra cosa que nunca pude comprender son las para mí desmedidas demostraciones de júbilo cuando se consigue ganar algún torneo. Me parece bien la alegría pero que miles de personas salgan a la calle a manifestar porque su país ganó un campeonato de fútbol, creo que es un poco exagerado.
Pero el fútbol es un negocio gigantesco que mueve miles de millones de dólares y en Uruguay le da de comer a un montón de abogados frustrados devenidos en Periodistas deportivos que han pasado sus larvales vidas dándole manija a los tontos que se dejan llevar por argumentos tan sutiles como aquellos que sostienen tal o cual teoría sobre la indemnización molecular del cuero de una pelota sobre el paradigma orbital de una cancha mojada.
Todo se dijo sobre fútbol hace al menos 50 años atrás y las variantes siempre son estas cuatro:
1. Se gana el partido
2. Se pierde el partido
3. Se empata el partido
4. Se suspende por dictamen del juez o por catástrofe absoluta
No hay mucho más que eso y sin embargo esta ola incontenible de pasión, sudor, colores y machismo tiene al mundo absolutamente conquistado.
Yo me he tenido que fumar él: A vos no te gusta nada, cuando cuento que la última vez que vi un cotejo futbolístico fue en un mundial en que la final la jugó Italia con no se quién y me quedé dormido a los veinte minutos de comenzar el mismo.
No hay caso, el fútbol no me gusta y que en esta vida no te guste el fútbol levanta reacciones más poderosas que cuando exclamo: ¡Me cago en Dios!, El fútbol es dios, la virgen y la puta madre que los parió del noventa y nueve por ciento de los Uruguayos, ya me tienen podrido los 2000 programas deportivos, los canales cable deportivos, los relatos deportivos que en realidad no son DEPORTIVOS, son de Fútbol, un deporte que ha dejado de ser deporte para transformarse en el gran circo romano moderno, sin pan pero con mucho entretenimiento, al menos para los demás.
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