Los Tres Picos
Por. Darío Valle Risoto
Sin saberlo estaba allí
perdido en una dimensión oscura
ciego y triste como un fantasma
caminando entre las oquedades hirientes
de una fría intemperie extraña.
No podía gritar por el miedo
y mis pasos sin rumbo se perdían
llevando mi cuerpo sin vida
por un bosque de pesadillas
solo y angustiado como un muerto.
Mis uñas cubiertas de sangre seca
y mis colmillos afiebrados
yo, olfateaba en el aire enrarecido
viejos aromas de mundos envenenados
huérfano y paciente como un ocaso.
Encontré tres picos sobre el horizonte
y en uno coronaba un negro castillo
escuché melodías prohibidas y bastardas
partiendo embriagándome los ojos vacíos
y los oídos cubiertos de musgo,
ciego y triste como un fantasma.
Entonces lo supe...
yo estaba muerto.
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