El mundo moderno fabrica ídolos y los destruye cada quince minutos pero algunos permanecen un poco más, la lista no es muy extensa, sobrevivientes del feroz avatar del capitalismo luminiscente y musical que vende vacíos inocuos carentes de sentido, metafísicos psicodramas fatales de seudo revoluciones sexuales y errabundos y siniestros papeles pintados y vidrios de colores. ¡Bienvenidos al espectáculo que pervierte el arte en formas nuevas de despotismo mediático!.
Ella está allí pasando sus cincuenta años calentando adolescentes y no tanto, de ambos sexos y sin embargo: ¿Que le dejó a la historia de la música?: Un par de tetas en punta y haber superado la tediosa voz de adolescente enojada para hacerse profesional y continuar así mejorando disco a disco. Eso no es poco pero no nos alcanza.
No inspiró nada nuevo porque se trata de POP, lisa y llanamente la música del primer mundo civilizado y del tercer mundo idiotizado: un poster, una mala película, la masturbación semiótica y a comprar todo el marqueting de esta diva que permanecerá desgastándose hasta agobiarnos como una vieja fábula de opera metrosexual acabada.
Ni buena ni mala, pasará tal vez como la sobreviviente de miles de Barbies cantoras que los Yanquis nos venden y regalan al bajo precio de la necedad.
Ni buena ni mala, pasará tal vez como la sobreviviente de miles de Barbies cantoras que los Yanquis nos venden y regalan al bajo precio de la necedad.
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