Un Oso Rojo
Por: Darío Valle Risoto
Si uno logra soportar noventa y cuatro minutos de música villera de fondo se dará cuenta que el enorme sacrificio vale realmente la pena porque “Un oso Rojo” es una gran historia del cine Argentino escrita y dirigida por el Uruguayo Adrián Caetano.
Lo sublime de la narración radica en la sencillez con que suceden acontecimientos muy duros para el protagonista: Un delincuente que trata de reencontrarse con su esposa e hija luego de estar en la cárcel por asesinar a un policía.
Por lo tanto me atrevería a decir que este trabajo es una buena composición de montaje, historia, narración y visualidad que en una simetría perfecta nos cuentan algo con lo que convivimos directa o indirectamente en el Río de la Plata.
Pero el protagonista no es un héroe convencional ni siquiera un antihéroe, solo es un tipo que pretende sobrevivir con lo que tiene enfrentándose al amor esquivo de su hija que apenas lo conoce y a una vida que está determinada por el delito donde desde luego se verá rodeado de delincuentes que no siempre respetan los códigos.
Escenas de violencia perfectamente narradas, un papel brillante de Julio Chávez y como no podía ser de otro modo de Soledad Villamil además de varios secundarios destacados como Luís Machín en el papel de la nueva pareja de esta última. La escena en que entra borracho al lugar de apuestas clandestinas diciendo: “Todos putos, vos puto, aquel: puto” es memorable.
Y ustedes dirán: Este tipo se entera diez años después: No del todo cierto pero es que la había visto por partes en el cable y nunca de un tirón como ahora y si quieren ver cine de primera con todo lo nuestro: esta es la película. La música: Una bosta, pero totalmente de acuerdo al tema. Y para terminar me olvidaba de destacar entre tanta buena cosa las escenas de acción que nada le envidian a Dirty Harry.
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