Por: Darío Valle Risoto
Rota, altiva, inmaculada
sin tu presencia no soy nada,
alta, flaca, desestimada
sin tu compañía me vuelvo nada.
Sensual con tus medias desarregladas
con tus labios ampulosos
y tus pechos de casi nada.
Blanca, pálida, inusitada
eres la niña, la amante, el hada
con tus bragas negras
y tus uñas super arregladas.
con tus medias corridas
y tus peligrosas miradas,
eres la niña de veinte
o la inmadura mujer de mi casa
Sedosa, áspera, violenta y apaciguada
con tu piel de blanca porcelana
caminas desnuda
y te hundes en mi alma.
Contigo la eternidad dura
todo lo que estas y si te vas...
no dura miserablemente nada.
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