Por: Darío Valle Risoto
Aún perdura el enorme hueco dejado por la muerte de Alberto Olmedo, ese gran istrión y payaso urbano que nos acompañó en el cine y la televisión. El tiempo hace de algunas obras verdaderas joyas de culto o hunde en el inefable olvido a éxitos rotundos de algunas épocas del cine y la televisión. Cuando teníamos unos quince años íbamos con mis primos Ricardo y Sergio a ver las películas: "De Olmedo y Porcel" al cine, allí me enamoraba de Moria Casán, ojo, cuando aún era una mujer y no un travesti y nos matábamos de risa al escuchar una mala palabra.
El Cine Intermezzo nos abarrotaba de peliculas de todo tipo, entre tanta cosa no faltaban las argentinas de todos los tiempos, desde musicales folklóricos a pedorreces de Palito Ortega o alguna de gauchos judíos o rebeliones en la Patagonia. Pero el Cine de Olmedo y Porcel era increíblemente sanador de los malos momentos y nos dejaba una gran sonrisa en la boca además de alborotar nuestras hormonas adolescentes cuando alguna vedette mostraba algo, un alguito, con media nalga alcanzaba. ¡Parece mentira que ahora ya no quede misterio!
Cierta vez vi: "Basta de Mujeres" y me quedé prendido por la historia, hace un rato como treinta años después la vuelvo a ver y me doy cuenta que era un relato hiper machista pero que desnudaba perfectamente la mentalidad del porteño de los setentas, el ganador, el de las múltiples parejas (Se aconseja escuchar: Cuanta mina que tengo de Copani), pero también el eterno romántico que no sabe como encontrar el verdadero amor. Alberto Olmedo rinde a la perfección como el protagonista que debe fantasear porque su mujer no le cumple.
La escena en que corre a la almacenera y se la apreta entre la harina, se le caen los rollos de papel higiénico y luego se despierta del sueño es memorable.
Solía suceder que a veces Porcel y Olmedo hacían películas por separado, recuerdo que el gordo hizo algunas con Chico Nobarro y hay un par de muy buenas comedias de Alberto con la compañía de otro genio: Tato Bores que son para coleccionar.
Bueno, volviendo a esta "Basta de Mujeres", creo que solo la presencia de Olmedo puede eclipsar las pésimas actuaciones de Susana Gimenez que no sostenía más que su cabello rubio y sus ojos estrábicos en un papel que pudo haber sido desempeñado por cualquier otra de las tantas estrellas del firmamento de Corrientes. Pero igual esta película es buena para los nostálgicos como yo o para intentar recuperar un género del cine argentino que lamentablemente fue sepultado por la televisión Tinelesca vulgar e idiota.
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