Por: Darío Valle Risoto
Mucho he reflexionado en los últimos días por esta campaña en que la contienda es tan clara como obvia en el universo político de este país sin nombre. Por un lado tenemos a los recipientes de la oligarquía patronal, bancaria, monetaria y testaferra de cuanto pirata económico le metió el garfio a este país desde que Artigas se fue de vacaciones al Paraguay.
Por el otro a los supervivientes de la otrora orgullosa izquierda uruguaya que dejó montones de militantes, luchadores sociales y obreros por el camino sinuoso de combatir al poder establecido. Una dictadura y diversos gobiernos de derecha por un lado fortificaron la noción del "Pueblo frenteamplista", mientras que por otro diversos factores fueron aplacando los fervores revolucionarios edulcorándolos hasta este Frente Amplio social demócrata-neo liberal de hoy día. Si bien nunca habrá elecciones tan claras para los que nos denominamos: "De izquierda", de alguna forma me convenzo de que nos merecemos esto.
Nos lo merecemos aquellos que en el frágil confort de nuestros hogares decadentes de clase media baja, nos confortamos puteando a diestra y siniestra pero no hacemos mucho por aquello que antes nos movía el cuerpo. La militancia ya no es lo de antes, ya no hay suficientes debates ideológicos y se agrandan los espacios entre las dirigencias que antes pertenecían al pueblo y ahora solo viven en él. No hay que generalizar, aún hay muchos hombres y mujeres en el Frente Amplio que creen en la utopía del hombre nuevo, quiero creerlo.
También me quiero convencer de que Jose Mujica es uno de ellos y que si sale presidente deberá enfrentar la lucha más grande de su vida con setenta y tantos años de edad, una lucha mas hacia adentro que para afuera y estoy también queriendo convencerme de que será mejor presidente que el señor Tabaré Vazquez.
Este Domingo voto a Mujica no por ser Frenteamplista porque no lo soy, lo voto porque me niego a ser el típico Anarco Uruguayo que se cree tan sabio como para dar un paso al costado y después seguir puteando desde afuera, voto a Mujica este Domingo porque al menos ese papelito va a ser contra Lacalle que representa todo lo que no quiero de mi vida.
Por el otro a los supervivientes de la otrora orgullosa izquierda uruguaya que dejó montones de militantes, luchadores sociales y obreros por el camino sinuoso de combatir al poder establecido. Una dictadura y diversos gobiernos de derecha por un lado fortificaron la noción del "Pueblo frenteamplista", mientras que por otro diversos factores fueron aplacando los fervores revolucionarios edulcorándolos hasta este Frente Amplio social demócrata-neo liberal de hoy día. Si bien nunca habrá elecciones tan claras para los que nos denominamos: "De izquierda", de alguna forma me convenzo de que nos merecemos esto.
Nos lo merecemos aquellos que en el frágil confort de nuestros hogares decadentes de clase media baja, nos confortamos puteando a diestra y siniestra pero no hacemos mucho por aquello que antes nos movía el cuerpo. La militancia ya no es lo de antes, ya no hay suficientes debates ideológicos y se agrandan los espacios entre las dirigencias que antes pertenecían al pueblo y ahora solo viven en él. No hay que generalizar, aún hay muchos hombres y mujeres en el Frente Amplio que creen en la utopía del hombre nuevo, quiero creerlo.
También me quiero convencer de que Jose Mujica es uno de ellos y que si sale presidente deberá enfrentar la lucha más grande de su vida con setenta y tantos años de edad, una lucha mas hacia adentro que para afuera y estoy también queriendo convencerme de que será mejor presidente que el señor Tabaré Vazquez.
Este Domingo voto a Mujica no por ser Frenteamplista porque no lo soy, lo voto porque me niego a ser el típico Anarco Uruguayo que se cree tan sabio como para dar un paso al costado y después seguir puteando desde afuera, voto a Mujica este Domingo porque al menos ese papelito va a ser contra Lacalle que representa todo lo que no quiero de mi vida.
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