Por: Darío Valle Risoto
La mística cristiana con su parnaso de sucesos inverosímiles, milagros, dolor y flagelos varios nos invaden desde que a algún maldito se le ocurrió fundar el cristianismo para reformación del Judaísmo que se estaba poniendo demodée.
Desde allí se han educado generaciones en ideas tan extrañas como: Resurrección, milagros y beatificados personajes que vienen a la tierra, siempre con una misión sagrada para cumplir el maquiavélico plan del dios creador.
Tipo vengativo si los hay nos hace pagar a millones de seres humanos por el llamado “pecado original” de la desobediencia (Bienvenida sea) hasta que un milenio de estos llegue el Apocalipsis y nos cague definitivamente.
Esencia perfecta del fascismo más cruel, todo lo que viene de dios es indiscutible y sino: nos tocará el infierno y la perdición definitiva. Claro que sutilmente los representantes varios del único dios han sabido entorpecer las mentes de generaciones de bobos que se arrodillan para pedir las cosas más insólitas o agradecer incluso los castigos más pérfidos en nombre de tan dichoso plan maestro.
Jesucristo se presentará como hijo y padre a la vez ejerciendo sus poderes kryptonianos y dispuesto a morir en el tormento de la cruz en nombre de los pecados de la humanidad, esto nos enseña que hay seres sagrados que se harán pomada para llevarse las miserias humanas en nombre de este bendito plan que nadie conoce y que la verdad si así va, prefiero no conocer jamás.
Era inevitable la aparición del perfecto chivo expiatorio en Satanás, nunca mejor dicho lo del chivo para el gran macho cabrío que le hace culto a los placeres del sexo y la carne y reniega de las Biblias y los estamentos del cielo.
Así como respeta a la gran locura religiosa y cristiana nacen estos loquitos que tomando elementos antagónicos de todo lo que signifique el bien, entendamos “El Bien” como todo aquello que le es grato a dios y como dios no se comunica directamente se hace saber por intermedio del: papa. Cardenales, párrocos, sacerdotes, monjas, viejas idiotas, pastores y todo un zoológico de lamecirios. Entonces nace el satanismo de la mano de varios cultores, cada uno imbuido de una aureola de tipo extraño, oscuro y tal vez tan aterrador como atractivo para aquellos infelices que les lleguen al paso.
Trastocar todo elemento cristiano se transformará así tanto en juegos absolutamente inofensivos como en locos de la chaveta que salen a quemar iglesias o matar cristianos porque al supuesto Satanás le puede caer bomba.
Yo tengo un hermoso colgante con un pentagrama en el cuello, a veces la gente me interroga por este elemento supuestamente diabólico y siempre les contesto lo mismo: Lo uso para ahuyentar a los que me vienen a hablar de dios pero no pertenezco a ninguna secta que mate bebes o sodomize sacerdotes a la luz de la luna.
Cada loco con su tema pero vivir sin religión me hace sentir los pulmones oxigenados ¿O será porque no fumo?, También me produce la sensación de libertad más pura aunque artificial como todas desde luego, de hacer lo que se me cante solo acotado por lo que marcan mis principios y mis valores. No soy un electrodoméstico que debe consultar su manual (Biblia) para ver en que sentido funciona bien o mal.
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