Por: Darío Valle Risoto
Este artículo fue publicado el 3 de enero del 2009 en otro blog
Nunca como antes en la historia de los humanos fue tan popular ser gay, trolo, putito o como quieran llamarles a esos personajes extraños que nos sobrevuelan durante las cuatro temporadas del año. Solo miren la televisión y comiencen, luego de poner cualquier canal con los ojos cerrados a contar hasta diez, luego los abren y ¡Vualá!: Aparece un trolo, un transvesti o una torta.
Salgan a la calle y miren a los ojos a los tipos que pasan y verán en algunos una sonrisita misteriosa, claro que la mayoría es probable que te diga: ¡¡¡¡¡¡Quetepasapelao!!!!!.
Ser gay es bueno, es fantástico para conseguir amistades, trabajo y porque no mujeres, sí señor: mu-je-res, ya que es más viejo que el mundo que las feminas se mueren por los tipos que saben de maquillajes, ropa femenina, que huelen lindo y se ríen de cualquier pavada que dicen y eso es: SER GAY.
Nunca faltan las arriesgadas que se lo quieran llevar a la cama al trolito para mostrarle de lo que se pierde y por allí nuestro artículo cobrará mayor trascendencia que el nuevo testamento si gracias a este que les escribe ustedes pueden sulfatear alguna parra de vez en cuando.
Usted hágase el trolo todo el tiempo posible vístase ajustadito, camine levantando el culito, y sonría, siempre sonría porque los maricones son unas mariposas felices y no esos machos amargados que somos los demás siempre dando vuelta la cabeza para mirarles el trasero a las minas con gesto de desgraciados o mordiéndonos los labios como unos enfermos.
Por lo pronto si tienen madre verán que a las viejas siempre les gustan los hijos afeminados porque así ninguna loca se los lleva, si tienen padre es mejor que en su presencia sigan actuando con la mayor normalidad o consignase un buen cirujano que les estirpe un zapato del trasero si persiste el menor síntoma de desviación en el machito de la house.
Ser trolo es bueno, da salud, evita la violencia, ningún general trolo ganó una guerra, Artigas, Obdulio, Rivera y El loco Abreu son bien machos pero aburridos, ser trolos les pondrá en el sitial que nuestro tiempo post moderno necesita para que el Uru-Gay salga adelante.
Luego de algún tiempo verán que casi sin darse cuenta el personaje se apropiará de ustedes y un buen día se levantarán respirando libremente en un mundo globalizado donde Monseñor Cotuño solo sea un mal recuerdo y los heterosexuales discriminados por raros.
Precaución: Aconsejable abordarse desde el humor.
Nunca como antes en la historia de los humanos fue tan popular ser gay, trolo, putito o como quieran llamarles a esos personajes extraños que nos sobrevuelan durante las cuatro temporadas del año. Solo miren la televisión y comiencen, luego de poner cualquier canal con los ojos cerrados a contar hasta diez, luego los abren y ¡Vualá!: Aparece un trolo, un transvesti o una torta.
Salgan a la calle y miren a los ojos a los tipos que pasan y verán en algunos una sonrisita misteriosa, claro que la mayoría es probable que te diga: ¡¡¡¡¡¡Quetepasapelao!!!!!.
Ser gay es bueno, es fantástico para conseguir amistades, trabajo y porque no mujeres, sí señor: mu-je-res, ya que es más viejo que el mundo que las feminas se mueren por los tipos que saben de maquillajes, ropa femenina, que huelen lindo y se ríen de cualquier pavada que dicen y eso es: SER GAY.
Nunca faltan las arriesgadas que se lo quieran llevar a la cama al trolito para mostrarle de lo que se pierde y por allí nuestro artículo cobrará mayor trascendencia que el nuevo testamento si gracias a este que les escribe ustedes pueden sulfatear alguna parra de vez en cuando.
Usted hágase el trolo todo el tiempo posible vístase ajustadito, camine levantando el culito, y sonría, siempre sonría porque los maricones son unas mariposas felices y no esos machos amargados que somos los demás siempre dando vuelta la cabeza para mirarles el trasero a las minas con gesto de desgraciados o mordiéndonos los labios como unos enfermos.
Por lo pronto si tienen madre verán que a las viejas siempre les gustan los hijos afeminados porque así ninguna loca se los lleva, si tienen padre es mejor que en su presencia sigan actuando con la mayor normalidad o consignase un buen cirujano que les estirpe un zapato del trasero si persiste el menor síntoma de desviación en el machito de la house.
Ser trolo es bueno, da salud, evita la violencia, ningún general trolo ganó una guerra, Artigas, Obdulio, Rivera y El loco Abreu son bien machos pero aburridos, ser trolos les pondrá en el sitial que nuestro tiempo post moderno necesita para que el Uru-Gay salga adelante.
Luego de algún tiempo verán que casi sin darse cuenta el personaje se apropiará de ustedes y un buen día se levantarán respirando libremente en un mundo globalizado donde Monseñor Cotuño solo sea un mal recuerdo y los heterosexuales discriminados por raros.
Precaución: Aconsejable abordarse desde el humor.
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