El Conflicto por la Planta de Botnia
Por Darío Valle Risoto
Hay un benemérito amigo que me bombardea continuamente (Vía mail) con materiales sobre la planta de celulosa de Botnia que desde luego defiende con contundentes argumentos que van desde lo técnico científico hasta lo metafísico-intelectual-nacionalista.
Yo hace mucho tiempo que tengo una posición contraria a este emprendimiento que se puso en un lugar evidentemente perfecto para sus fines de lucro, sin importarles un carajo que se violara el tratado del río Uruguay, se contamine el río que no es solo nuestro y lo que no es menos se produzca un impacto estético terrible para los habitantes vecinos del Uruguay y de Argentina.
La gente de Gualeguaychú desde antes de que se inaugure este monstruito se opuso con una movilización que paralizó las rutas y produjo desde luego diferentes dolores de cabeza desde uno y otro lado del río, de eso se trataba, de generar conciencia por intermedio de la presión cuando se habían agotado otros recursos, sin embargo se fueron quedando solos porque ni siquiera su propio gobierno les da mucha bola y a lo mejor solo mira para otro lado, por otra parte en el Uruguay me tienen los cojones llenos con esa suerte de nacionalismo de churrasquería que nos enseña que lo nuestro hay que defenderlo aunque sea una mierda. Y si no es nuestro, también.
Finlandia chocha de la vida, se nos lleva la madera, el agua y sus cielos están limpios y claros, además aquella estúpida promesa de trabajo duró mientras se construía el edificio, luego la automatización disminuyó mucho el empleo, esos si los señores terratenientes que plantan los eucaliptos que se chupan unos 100 litros de agua por día cada uno, se forran de guita y al menos los camioneros tienen laburo transportando troncos.
Ahora el juicio de La Haya decidirá por la vía legal lo que deba ser o no, pero la cagada ya está hecha y aunque haya que trasladar la planta, cosa que dudo, ya se habrá perjudicado y mucho la naturaleza del lugar.
Lo más increíble que escuché entre tantas barbaridades sobre este tema fue que el agua que sale de la planta tras pasar por diferentes filtros sale mejor de lo que entra lo que sería un verdadero prodigio de la ciencia, otra cosa que me preocupa y mucho son los pelotudos que se creen que esta es una causa nacional con implicancias que debemos defender como si fuera la bandera (Que es un trapo) y que en esto nos va la patria. (¡Por favor!)
Por Darío Valle Risoto
Hay un benemérito amigo que me bombardea continuamente (Vía mail) con materiales sobre la planta de celulosa de Botnia que desde luego defiende con contundentes argumentos que van desde lo técnico científico hasta lo metafísico-intelectual-nacionalista.
Yo hace mucho tiempo que tengo una posición contraria a este emprendimiento que se puso en un lugar evidentemente perfecto para sus fines de lucro, sin importarles un carajo que se violara el tratado del río Uruguay, se contamine el río que no es solo nuestro y lo que no es menos se produzca un impacto estético terrible para los habitantes vecinos del Uruguay y de Argentina.
La gente de Gualeguaychú desde antes de que se inaugure este monstruito se opuso con una movilización que paralizó las rutas y produjo desde luego diferentes dolores de cabeza desde uno y otro lado del río, de eso se trataba, de generar conciencia por intermedio de la presión cuando se habían agotado otros recursos, sin embargo se fueron quedando solos porque ni siquiera su propio gobierno les da mucha bola y a lo mejor solo mira para otro lado, por otra parte en el Uruguay me tienen los cojones llenos con esa suerte de nacionalismo de churrasquería que nos enseña que lo nuestro hay que defenderlo aunque sea una mierda. Y si no es nuestro, también.
Finlandia chocha de la vida, se nos lleva la madera, el agua y sus cielos están limpios y claros, además aquella estúpida promesa de trabajo duró mientras se construía el edificio, luego la automatización disminuyó mucho el empleo, esos si los señores terratenientes que plantan los eucaliptos que se chupan unos 100 litros de agua por día cada uno, se forran de guita y al menos los camioneros tienen laburo transportando troncos.
Ahora el juicio de La Haya decidirá por la vía legal lo que deba ser o no, pero la cagada ya está hecha y aunque haya que trasladar la planta, cosa que dudo, ya se habrá perjudicado y mucho la naturaleza del lugar.
Lo más increíble que escuché entre tantas barbaridades sobre este tema fue que el agua que sale de la planta tras pasar por diferentes filtros sale mejor de lo que entra lo que sería un verdadero prodigio de la ciencia, otra cosa que me preocupa y mucho son los pelotudos que se creen que esta es una causa nacional con implicancias que debemos defender como si fuera la bandera (Que es un trapo) y que en esto nos va la patria. (¡Por favor!)
Conflicto entre Uruguay y Argentina
Fuente: Wikipedia
El 5 de mayo de 2005, los presidentes uruguayo y argentino acordaban crear una comisión para resolver el conflicto, que luego fracasaría.
La Argentina y el Uruguay mantienen un conflicto debido a la instalación de una planta de producción de pasta de celulosa perteneciente a la empresa finlandesa UPM-Kymmene (previamente propiedad de Metsä-Botnia), ubicada en territorio uruguayo y sobre las aguas binacionales del Río Uruguay, cerca de las poblaciones uruguaya de Fray Bentos y argentina de Gualeguaychú. Originalmente el conflicto incluyó también a una planta que la empresa española ENCE proyectaba construir en la misma zona, pero más tarde dicha empresa decidió trasladar su emprendimiento a Conchillas. Por su parte Botnia finalizó la construcción y puso en marcha la planta el 8 de noviembre de 2007.
La Argentina ha demandado a Uruguay ante la Corte Internacional de Justicia argumentando que la instalación de las plantas de celulosa es contaminante y se ha realizado en violación del Estatuto del Río Uruguay. Por su parte, Uruguay ha demandado a la Argentina ante el sistema de solución de controversias del Mercosur y la Corte Internacional de Justicia, argumentando en el primer caso que los cortes de ruta constituyen una violación al principio de libre circulación, y en el segundo caso, que los mismos son tolerados y utilizados por el gobierno argentino para presionar al gobierno uruguayo en las negociaciones referidas a la instalación de las plantas de celulosa.
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