Disculpas por Botnia-UPM
Por: Darío Valle Risoto
Me he puesto a pensar que nos falta un trecho bastante grande por recorrer como sociedad en mi país si es que alguna vez nos queremos llamar más o menos civilizados, resulta que desde que por fin se conoció el resultado del tema de la presunta violación del tratado del Río Uruguay en La Haya, muy pero muy pocos comunicadores de mi país realmente comprendieron que acá se cometió un error y aunque el tema parezca terminado, lejos está de dilucidarse una solución al menos a corto plazo.
Vamos por partes, la bendita corte decretó que Uruguay si violó el tratado del río Uruguay, sin embargo no se estableció ninguna sanción para el infractor y solo se aconsejó que de aquí en más conjuntamente Uruguay y Argentina supervisen la posible contaminación del río que compartimos.
Desde allí en adelante un asqueroso triunfalismo oriental y pelotudo sacó a la luz lo más soberbio de una condición lamentable de alcahuetes de una empresa extranjera, como si de su existencia dependiera el trabajo de todo un país o lo que es peor, nuestra soberanía ya reiteradamente vendida y alquilada a intereses foráneos y/o pitucos nacionales. Ojo, miren que me parece bien que este país sea una suerte de gran zona franca donde se lave dinero mal habido, se nos lleven el agua en los árboles y exportemos soldados y jugadores de futbol, después de todo, mayorías son mayorías. La democracia es una forma de gobierno donde los más tienen la razón del número, por más que decidan pelotudeces varias.
Un extraño orgullo nacional embarga a muchos periodistas que se escandalizaron ayer cuando se coló el rumor de que la presidenta Argentina pretendía que se le pida disculpas oficialmente por la cagadita de violar el tratado del río Uruguay. Creo que si es cierto, no pide mucho.
Pero claro, en esta sociedad pedir disculpas es tomado como una muestra de debilidad cuando en realidad sería una demostración de grandeza ir de frente, pedir disculpas y decirle a Cristina___ Ta’ bien, la cagamos doña, pero ahora ¿Quiere que la saque?, vamos a intentar convivir con la plantita, en nombre del pueblo Uruguayo le pido disculpas y sobre todo de mi patrona Botnia/UPM.
Creo que con eso bastaría… ah… el tema de los puentes…
Piqueteros de acá, asambleístas de allá, locos para unos, revolucionarios para otros, hay alguna que otra persona que quiere seguirla hasta el fin de los tiempos, se arma lío, se hacen movilizaciones, se pierden millones en tal o cual cosa y ya van cuatro años de esta lucha que la verdad no me atrevo a defender del todo pero mucho menos a criticar.
¿Y que?
¿Están dentro del Uruguay?
Pues no, creo que cierran o cortan las rutas a algunos metros del puente internacional, pero eso nos afecta, sin embargo están en su país… ha…pillines.
Resulta que en mi casa hago lo que quiero, meto la planta sin seguir los pasos pertinentes, defiendo con uñas y dientes esta extraña soberanía, pero los “piqueteros” dentro del territorio Argentino me molestan.
Recuerdo a un vecino de mi conjunto habitacional que se compró terrible equipo de audio y lo ponía al mango hasta casi la medianoche, cuando le fueron a pedir que baje el volumen dijo: “En mi casa hago lo que quiero”, Hace unos meses tenía a su madre grave y otro vecino le puso música a todo trapo, el tipo se indignó porque no hay respeto. ¿Se entiende el concepto?
Por: Darío Valle Risoto
Me he puesto a pensar que nos falta un trecho bastante grande por recorrer como sociedad en mi país si es que alguna vez nos queremos llamar más o menos civilizados, resulta que desde que por fin se conoció el resultado del tema de la presunta violación del tratado del Río Uruguay en La Haya, muy pero muy pocos comunicadores de mi país realmente comprendieron que acá se cometió un error y aunque el tema parezca terminado, lejos está de dilucidarse una solución al menos a corto plazo.
Vamos por partes, la bendita corte decretó que Uruguay si violó el tratado del río Uruguay, sin embargo no se estableció ninguna sanción para el infractor y solo se aconsejó que de aquí en más conjuntamente Uruguay y Argentina supervisen la posible contaminación del río que compartimos.
Desde allí en adelante un asqueroso triunfalismo oriental y pelotudo sacó a la luz lo más soberbio de una condición lamentable de alcahuetes de una empresa extranjera, como si de su existencia dependiera el trabajo de todo un país o lo que es peor, nuestra soberanía ya reiteradamente vendida y alquilada a intereses foráneos y/o pitucos nacionales. Ojo, miren que me parece bien que este país sea una suerte de gran zona franca donde se lave dinero mal habido, se nos lleven el agua en los árboles y exportemos soldados y jugadores de futbol, después de todo, mayorías son mayorías. La democracia es una forma de gobierno donde los más tienen la razón del número, por más que decidan pelotudeces varias.
Un extraño orgullo nacional embarga a muchos periodistas que se escandalizaron ayer cuando se coló el rumor de que la presidenta Argentina pretendía que se le pida disculpas oficialmente por la cagadita de violar el tratado del río Uruguay. Creo que si es cierto, no pide mucho.
Pero claro, en esta sociedad pedir disculpas es tomado como una muestra de debilidad cuando en realidad sería una demostración de grandeza ir de frente, pedir disculpas y decirle a Cristina___ Ta’ bien, la cagamos doña, pero ahora ¿Quiere que la saque?, vamos a intentar convivir con la plantita, en nombre del pueblo Uruguayo le pido disculpas y sobre todo de mi patrona Botnia/UPM.
Creo que con eso bastaría… ah… el tema de los puentes…
Piqueteros de acá, asambleístas de allá, locos para unos, revolucionarios para otros, hay alguna que otra persona que quiere seguirla hasta el fin de los tiempos, se arma lío, se hacen movilizaciones, se pierden millones en tal o cual cosa y ya van cuatro años de esta lucha que la verdad no me atrevo a defender del todo pero mucho menos a criticar.
¿Y que?
¿Están dentro del Uruguay?
Pues no, creo que cierran o cortan las rutas a algunos metros del puente internacional, pero eso nos afecta, sin embargo están en su país… ha…pillines.
Resulta que en mi casa hago lo que quiero, meto la planta sin seguir los pasos pertinentes, defiendo con uñas y dientes esta extraña soberanía, pero los “piqueteros” dentro del territorio Argentino me molestan.
Recuerdo a un vecino de mi conjunto habitacional que se compró terrible equipo de audio y lo ponía al mango hasta casi la medianoche, cuando le fueron a pedir que baje el volumen dijo: “En mi casa hago lo que quiero”, Hace unos meses tenía a su madre grave y otro vecino le puso música a todo trapo, el tipo se indignó porque no hay respeto. ¿Se entiende el concepto?
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