El Abuelo Emo y su novia estrafalaria
Por: Darío Valle Risoto
__Les dije que lo dejen tranquilo, no se puede ser así, el viejo no molesta a nadie.
__ Andá a su cuarto y mirá lo que hizo a ver si te parece tan “en onda” tu abuelito. __Le dijeron casi al unísono la tía Elba y su madre.
Matías dejó su mochila sobre la mesa de la cocina y antes de que protesten tomó una tostada que su hermana había acabado de cubrir con mermelada y masticándola enfiló para el fondo, más allá del terreno estaba la vieja pieza que antes había sido un galpón y desde hacía unos años era la vivienda del abuelo Efraín.
__Está escuchando Led Zeppelin, al menos dejó un ratito a Motorhead. ___Dijo en voz alta antes de golpear.
__ Pasá Matías, ya te vi llegar por la ventana.
__ ¡Abueloooo!
__ ¡Vos también carajo!
Matías le dio un beso y se alejó para mirarlo mejor, después de todo el pelo teñido de negro y su nuevo corte de pelo no le quedaban tan mal, claro que si tuviera unos cincuenta y cinco años menos le irían mejor hasta las uñas pintadas de violeta.
__ ¿Querés una cerveza?
__ Dale, pero no le digas a mamá que tiene miedo que me vuelva alcohólico. ¿Las uñas también?, A vos te van a internar viejo.
El abuelo bajó un poco el volumen de su tocadiscos, justo “Stairway to heaven” volvía a saltar sobre su tradicional ralladura.
__ ¿Te conté como se me ralló este disco?
__ Doscientas cincuenta mil veces.
__ Me estaba cogiendo a Maruja, la vecina porteña de la calle Callao, ¿Te acordás? Y entonces cuando.
__ ¡Abueloooo!
__ Sabes que esta mañana me desperté con ganas de cambiar mi imagen y se me ocurrió hacerme Emo, como los amiguitos de tu hermana, esos…
__ ¿Putos?
__ Ahh, ¿Son maricas ché? Y… ¿Te la chupan?
__ ¡Abueloooo!, No, son afeminados, depresivos, oscuros, desanimados por la tristeza del mundo, están en contra de la violencia y además son vegetarianos.
__ Tan chiquitos y con tantos problemas; a su edad yo solo pensaba en pajearme a toda hora… bueno, ahora también, pero ya sabes que no ando bien de la presión.
__ Y tomás alcohol.
El abuelo Efraín miró su vaso de cerveza y le hizo una guiñada, el pelo teñido de negro había cubierto por completo su platinado y además llevaba sus caravanas, pero esas eran de antes.
Se levantó y apoyó una de sus añosas manos sobre la rodilla de Matías que trataba de dilucidar en que nueva cosa andaba el viejo temiendo que las viejas amenazas de meterlo a un asilo geriátrico se cumplan.
__ Conocí a una mujer que está re fuerte.
__ ¡No me jodas!, ¿Y cuantos años tiene?
__ No es muy joven, lo sé, pero creo que ya es hora de madurar pibe. ___Dijo sonriendo mientras servia dos nuevos vasos de cerveza Quilmes.
__ ¿Cuántos?
__ Unos cincuenta y cinco, cincuenta y seis, por ahí. __Dijo con cara libidinosa y levantando sus cejas.
__ Le llevas más o menos unos veinticinco años viejo, bueno, comparando con la vecina de la ralladura del disco de Led, andamos bien.
__ Se llama Elizabeth y es enferma siquiátrica.
__ ¡Queeee!
__ Nadie es perfecto pibe, está internada en una clínica para gente con el coco jodido pero ella esta muy bien, divaga un poco porque la matan a drogas y esas cosas, hasta me regaló pastillas. ¿Querés?
__ No viejo, no, pero ¿Cómo la conociste?
__ Tu tía va a ver a su terapeuta en ese lugar, como me repudría de esperarla salí al patio y entonces…un flechazo acá mismo, en medio de los huevos.
__ Se supone que debe ser en el corazón viejo.
__ No, corazón tienen las mujeres, los machos roqueros y cogedores, tenemos cojones, carajo.
__ ¿Y ahora?
__ Bueno, supongo que esperaremos a que le den el alta y después nos encamamos si consigo Viagra, dicen que eso te levanta cualquier muerto, ¿Vos la usaste?
__ No abuelo, todavía no preciso, bueno, vuelvo a la casa, trata de llevarla tranquilo que con ese pelo así la tía y mamá en cualquier momento lo meten a usted en el sanatorio para locos del coco.
El abuelo Efraín sacó el disco de Led Zeppelin y puso uno de Pink Floyd, en esa tarde se sentía especialmente romántico.
Matías entró a la casa y trató de convencer a tres mujeres de que no era tan grave la cosa, después de todo uno con casi ochenta tiene derecho a volverse loco. Sino ¿cuando?
Por: Darío Valle Risoto
__Les dije que lo dejen tranquilo, no se puede ser así, el viejo no molesta a nadie.
__ Andá a su cuarto y mirá lo que hizo a ver si te parece tan “en onda” tu abuelito. __Le dijeron casi al unísono la tía Elba y su madre.
Matías dejó su mochila sobre la mesa de la cocina y antes de que protesten tomó una tostada que su hermana había acabado de cubrir con mermelada y masticándola enfiló para el fondo, más allá del terreno estaba la vieja pieza que antes había sido un galpón y desde hacía unos años era la vivienda del abuelo Efraín.
__Está escuchando Led Zeppelin, al menos dejó un ratito a Motorhead. ___Dijo en voz alta antes de golpear.
__ Pasá Matías, ya te vi llegar por la ventana.
__ ¡Abueloooo!
__ ¡Vos también carajo!
Matías le dio un beso y se alejó para mirarlo mejor, después de todo el pelo teñido de negro y su nuevo corte de pelo no le quedaban tan mal, claro que si tuviera unos cincuenta y cinco años menos le irían mejor hasta las uñas pintadas de violeta.
__ ¿Querés una cerveza?
__ Dale, pero no le digas a mamá que tiene miedo que me vuelva alcohólico. ¿Las uñas también?, A vos te van a internar viejo.
El abuelo bajó un poco el volumen de su tocadiscos, justo “Stairway to heaven” volvía a saltar sobre su tradicional ralladura.
__ ¿Te conté como se me ralló este disco?
__ Doscientas cincuenta mil veces.
__ Me estaba cogiendo a Maruja, la vecina porteña de la calle Callao, ¿Te acordás? Y entonces cuando.
__ ¡Abueloooo!
__ Sabes que esta mañana me desperté con ganas de cambiar mi imagen y se me ocurrió hacerme Emo, como los amiguitos de tu hermana, esos…
__ ¿Putos?
__ Ahh, ¿Son maricas ché? Y… ¿Te la chupan?
__ ¡Abueloooo!, No, son afeminados, depresivos, oscuros, desanimados por la tristeza del mundo, están en contra de la violencia y además son vegetarianos.
__ Tan chiquitos y con tantos problemas; a su edad yo solo pensaba en pajearme a toda hora… bueno, ahora también, pero ya sabes que no ando bien de la presión.
__ Y tomás alcohol.
El abuelo Efraín miró su vaso de cerveza y le hizo una guiñada, el pelo teñido de negro había cubierto por completo su platinado y además llevaba sus caravanas, pero esas eran de antes.
Se levantó y apoyó una de sus añosas manos sobre la rodilla de Matías que trataba de dilucidar en que nueva cosa andaba el viejo temiendo que las viejas amenazas de meterlo a un asilo geriátrico se cumplan.
__ Conocí a una mujer que está re fuerte.
__ ¡No me jodas!, ¿Y cuantos años tiene?
__ No es muy joven, lo sé, pero creo que ya es hora de madurar pibe. ___Dijo sonriendo mientras servia dos nuevos vasos de cerveza Quilmes.
__ ¿Cuántos?
__ Unos cincuenta y cinco, cincuenta y seis, por ahí. __Dijo con cara libidinosa y levantando sus cejas.
__ Le llevas más o menos unos veinticinco años viejo, bueno, comparando con la vecina de la ralladura del disco de Led, andamos bien.
__ Se llama Elizabeth y es enferma siquiátrica.
__ ¡Queeee!
__ Nadie es perfecto pibe, está internada en una clínica para gente con el coco jodido pero ella esta muy bien, divaga un poco porque la matan a drogas y esas cosas, hasta me regaló pastillas. ¿Querés?
__ No viejo, no, pero ¿Cómo la conociste?
__ Tu tía va a ver a su terapeuta en ese lugar, como me repudría de esperarla salí al patio y entonces…un flechazo acá mismo, en medio de los huevos.
__ Se supone que debe ser en el corazón viejo.
__ No, corazón tienen las mujeres, los machos roqueros y cogedores, tenemos cojones, carajo.
__ ¿Y ahora?
__ Bueno, supongo que esperaremos a que le den el alta y después nos encamamos si consigo Viagra, dicen que eso te levanta cualquier muerto, ¿Vos la usaste?
__ No abuelo, todavía no preciso, bueno, vuelvo a la casa, trata de llevarla tranquilo que con ese pelo así la tía y mamá en cualquier momento lo meten a usted en el sanatorio para locos del coco.
El abuelo Efraín sacó el disco de Led Zeppelin y puso uno de Pink Floyd, en esa tarde se sentía especialmente romántico.
Matías entró a la casa y trató de convencer a tres mujeres de que no era tan grave la cosa, después de todo uno con casi ochenta tiene derecho a volverse loco. Sino ¿cuando?
FIN
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