Por: Darío Valle Risoto
Cuando era chico los daban de mañana en la televisión uruguaya, diariamente de lunes a viernes por canal 4 si mal no recuerdo, el problema era que yo iba a la escuela por la mañana y aún no se habían inventado las videograbadoras, es más, aún la tele era en blanco y negro. Por lo tanto la manera de subsanar esto era que al llegar del colegio y mientras almorzaba, mi madre me contaba lo que había pasado en cada episodio que ella veía. Así que mayoritariamente tengo en mi memoria de esta gran serie de Hanna Barbera la tradición oral de mi madre intentando recordar las andanzas de Pedro y familia.
Una serie que felizmente como era habitual en la televisión uruguaya se repitió y pude ver poco tiempo después en horarios más dignos, al menos para mí. Y debo confesar que de los dibujos animados Vilma Picapiedra representó en los años de mi infancia a la mujer ideal que en mi mente infantil creía un día iba a conocer de grande. Me gustaba su inteligencia y su manera de contener a ese Neanderthal de Pedro, un tipo que si viviera solo sería infumable pero con la amorosa supervisión de esta hermosa pelirroja salía adelante no sin grandes tropiezos.
La familia Mármol era realmente interesante, un ingenuo y amigable petiso con una esposa perfecta para él hacían de la familia Picapiedra un desastre si los comparábamos y quizás la nota más madura de la serie era que en determinado momento al no poder tener hijos adoptan a ese niño superfuerte llamado Bang Bang. Triste fueron los intentos posteriores de hacer una serie con Peebles y Bang Bang adolescentes o peor aún una serie de Los Picapiedra Kids.
Fue si no me equivoco la primera sitcom animada de la historia y un punto de partida para lo que algunas décadas después serían los Simpson, las similitudes abundan y esta última sin ser un plagio tiene mucho de los Picapiedra y esto lo dijo el mismo Groening aparte de que se inspiró en su propia familia. Acaso ambas familias retraten de alguna manera a las disfuncionales familias occidentales a las cuales pertenecemos donde los cariños muchas veces matan más que ayudan.
Cigarrillos Winston el sponsor de los Picapiedra
La idea de los personajes invitados también nació en esta familia y vimos a muchos actores, cantantes y actrices desfilar en versiones dibujadas por las particulares calles de Piedradura. Otro acierto que en su momento fue un atajo para facilitar las animaciones fueron los escenarios repetidos cuando había movimiento, era un verdadero placer ver pasar la misma casa y los mismos árboles detrás del tronco móvil cuando Pedro viajaba rumbo a alguna desventura. Éramos niños y nos divertíamos viendo estos horrores de la animación de hoy día pero que en los años sesentas la compañía Hanna Barbera ya tenía como sello propio.
Otro gran logro de la serie que transcurría en perídos prehistóricos eran las adaptaciones del confort moderno pergeñadas con los elementos antiguos y por lo tanto el cuernófono era solo uno de los mil elementos adaptados no sin gran sentido del humor sobretodo cuando los animales que los ponían en funcionamiento deslizaban alguna frase ocurrente.
Otro gran logro de la serie que transcurría en perídos prehistóricos eran las adaptaciones del confort moderno pergeñadas con los elementos antiguos y por lo tanto el cuernófono era solo uno de los mil elementos adaptados no sin gran sentido del humor sobretodo cuando los animales que los ponían en funcionamiento deslizaban alguna frase ocurrente.
Así que les invito a como hago yo en estos días a volver a mirar esta gran serie que afortunadamente se puede conseguir en la web para constatar que sus guiones eran realmente un logro para la época, no en vano fue la serie más importante de estos estudios que años luego fueron comprados por la Warner.
Una gran cantidad de buenos personajes
Película de 1994 con actores reales que pasó sin mayor éxito por Uruguay
Segunda intro de Los Picapiedra con el popular grito de Pedro
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