Cementerio Central de Montevideo

Una visita guiada por un amigo
Por: Darío Valle Risoto

Ayer de tarde por primera vez en mi vida fui a recorrer el Cementerio Central de Montevideo, cuando le había comentado a Cesar Ureta que era casi imposible hacer una visita guiada de las que organiza la intendencia, ya que conseguir lugares es muy difícil, me propuso ir cualquier día.
Si bien visitar un cementerio de noche debe tener su encanto, no creo que haya mejor guia en esta ciudad que mi querido amigo porque al ser un artista plástico que ama su arte, también conoce cada rincón, historia y anécdota de este cementerio que es monumento histórico nacional y que Cesar ha recorrido desde niño, estoy seguro que ni un solo guia municipal sabe tantas historias sobre los mausoleos, familias y personajes históricos que yacen en ese magnífico lugar.
No me puedo perdonar no haberme acercado a ese sitio antes en mi vida, creo que a todos nos pasa, que dejamos de un día para otro lugares que forman parte próxima de nuestras vidas y por cercanos postergamos a veces para siempre.
Es inagotable la cantidad de cosas que aprendí, no tenía idea por ejemplo que los bajorrelieves o figuras de antorchas invertidas significan una vida que se apaga, también encontré gran cantidad de símbolos masónicos en algunas tumbas y me quedé extasiado observando esculturas que parece que pronto comenzarán a moverse. En especial hay un viejo anciano con alas de Ángel sosteniendo una guadaña en actitud de suma tristeza que es increíble. Cesar me contó la historia de un viejo calígrafo del estado que en el Montevideo antiguo hizo muchas pinturas de nuestra ciudad y de él solo hay una placa dedicada a su esposa en el asceso a la tercera parte del cementerio.
También vi la tumba de muchos proceres de la patria con todo lo que eso puede significar para un Anarquista como yo y me quedé algo confuso viendo el orgullo de muchas familias por sus generales y soldados, a propósito de eso, hay una enorme estatua de un milico que tiene a sus pies unas figuras miniatura de una batalla con soldados cargando sus cañones, caballería y heridos. Era de esperarse gran cantidad de Ángeles en diversas posiciones y formas, también me pareció increíble la estatua de una mujer degollada sobre una lápida, su cuello tiene un profundo corte y cae de el una gota de sangre, su cabeza está casi dada vuelta y emana de esa figura una imponente energía de tristeza.
En la última sección de este encontramos la tumba de José Batlle y Ordoñez con una muy interesante redacción que podría transcribirles ya que la leí en mi MP3 pero prefiero que la vean ustedes mismos, también encontré la tumba de Felipe Sanguinetti que fue el donante de la escuela que lleva su nombre y a la que fui y recuerdo con inmenso cariño,
Lamentablemente hay una disposición Municipal que prohibe sacar fotos, yo hubiera llevado igual una cámara pero Cesar no se animó y lo entiendo, así que invito a los que pueden hacerlo a darse una vuelta por allí, con tiempo y ganas de observar detenidamente un mundo de una riqueza artística increíble donde de alguna manera se pretende recordar a los que se fueron para siempre.