El Ser Iluminado

El ser iluminado
Por: Darío Valle Risoto

Pasé muchos años de mi vida investigando diferentes religiones, lo hice a mi manera y tomándome mi tiempo, tuve sin lugar a dudas la inmensa suerte de tener padres que no me trataron de dirigir la fe para ninguna parte en especial, mi madre creía a su particular manera en dios y mi padre decía: “que no hay nada”, esas eran sus palabras precisas.

Por lo tanto luego de sentirme estúpido dejé un buen día de ir a la iglesia de mi barrio, no iba asiduamente sino que a veces entraba y me sentaba cerca del altar y rezaba algo, supongo que pedía cosas buenas para mi familia o algo por el estilo, cosas de niño.
De todas maneras hubo si una fuerte curiosidad por investigar lo oculto, aquellos que podremos llamar magia o “brujería”, mi madre iba continuamente a las curanderas o “Brujas” según mi padre, para tratar de curarme el asma… nunca obtuvo resultados.
Y si bien yo la acompañaba comencé a descubrir muy tempranamente que muchos de los supuestos “trabajos” que estas curanderas ejercían sobre la gente se trataban de simples formas de apoyo moral, de darle a la gente esperanzas sobre tal o cual dolencia, mal de amores o problemas económicos.

Comencé a interesarme por la magia negra a eso de los doce años, conseguí la biografía de Michael de Nostradamus que perdí en alguna parte, también me comencé a interesar por los Rosacruces y también por las escuelas gnósticas. Sin embargo asistí a innumerables charlas de supuestos maestros que siempre me parecieron tipos con graves problemas sicológicos, el público en su mayor medida se trataba de personas con indiscutibles déficits de relacionamiento social. Gente rara vestida de oscuro que hablaba de ovnis, dios y trascendentalismo como quién te pasa la receta de los bizcochos de anís.
Aburrido nunca continué con estas charlatanerías porque siempre sentía que me estaban tomando por tonto y en definitiva encontré que leyendo, era mi mejor forma de aprender el extraño camino que ha seguido la humanidad buscando respuestas a preguntas realmente innecesarias.

¿Para que estamos acá?
Buena, pregunta, en el budismo aprendí que no tiene respuesta y que si la tiene realmente no es importante, lo importante es pasarla bien.
El cristianismo tiene diez mandamientos tan pelotudos como fascistas, en el budismo aprendí que el único mandamiento es: ___Ser felices.

Ojo que también deseché la práctica budista, me molestaba leer un librito en japonés todas las mañanas y todas las tardes y andar repitiendo: “Nam Myojo Rengue Kio” durante horas.

Prueba empírica uno: Recité este mantra durante más o menos cuatro horas para conseguir novia.
Resultado uno: En menos de una semana conseguí tener mi primera novia en serio.
Prueba empírica dos: No recité nada pero quería comprarme una guitarra eléctrica.
Resultado dos: En un mes más o menos me compré mi guitarra la que aún conservo (La novia no).
Conclusión: Los mantras le sirven a gente que tiene mucho tiempo de sobra, a mi la verdad solo me rompen los cojones. El resultado depende de mi experiencia y de mi voluntad de conseguir cosas.
El tarot
Por diferentes circunstancias aprendí a leer el Tarot, “profesión” que he ejercido erráticamente dada mi incapacidad para engatusar gente y sacarles la plata. Mis advertencias previas a los clientes se parecen más a actos disuasorios que a tratar de cobrarles los 100$ que cobro la tirada.

Experiencia Resiente
Hace unos días una conocida me pide que le tire las cartas de Tarot, le contesté que debía ir a mi casa o yo a la suya, por fuera de que me gustaría tirarle los perros, es cierto que la lectura del Tarot es un acto personal y no público y mucho menos de feria.

Pregunta: ¿Para que te querés tirar las cartas?Frente a su rostro intrigado le expliqué que ella era una persona afortunada y que no tenía ninguna necesidad de consultar este oráculo que se basa en el azar y la lectura interpretativa de determinados íconos.
Casi se desmaya cuando le explico que es realmente una persona afortunada.
Pregunta: ¿Por qué lo decís?
Respuesta: ¿Te hago una lista?

Conclusión: Mucha gente no está enterada que tiene una buena vida; debe ser un ser externo, una persona ajena la que les explique que tienen todas las condiciones para sentirse plenos y felices.
Explicación: Uruguay es el país gris, desde pequeños nos educan para quejarnos, sentirnos mal, envidiar los logros ajenos y reírnos de los triunfadores a más de buscarles defectos.
Budismo: La felicidad es un acto interno, una experiencia absolutamente individual y personal, sin embargo es necesario que a veces un acto catalizador nos ponga en sintonía con nuestra propia luz interior.

Para finalizar: Piensen, miren a su alrededor, se pueden sorprender de no conocer bastante su realidad cotidiana, tal vez tengan dos o tres amigos de verdad, cierto confort, buena salud o van llevando sus dolores como mejor pueden, tal vez se han muerto de risa con un chiste o han respirado hondo alguna tarde al sol. ¿Qué más se puede pedir?
Como le dije a mi conocida que no sabe que es afortunada: ___ ¿Que más querés? ¿Volar?
Eso solo lo hace nuestro señor: Superman.