La niña del Futuro
Por: Darío Valle Risoto
Se despidió de su novia, siempre era difícil despedirse de ella, aún tras una noche de hacerse el amor era difícil verla subir a su Gol y marcharse rumbo a la ciudad, a lo lejos los rascacielos de Edge City eran como los picos de un horizonte inalcanzable.
Peter se quedó viendo en esa dirección aún cuando ya había tomado el recodo de la ruta y el automóvil se había perdido de vista, su perfume seguía allí y el fresco aire de una noche que se prometía fría.
Entonces reparó en que la despedida de los amantes no era del todo privada.
Fueron sus medias verdes o su gorro de lana rosado, era una niña, casi una adolescente sentada en la empalizada de los Thomson mirándolo con enormes ojos claros y un cabello negro escapando debajo del gorro desmesuradamente grande para su figura desgarbada.
___Buenas tardes.
___Hola.
Iba a entrar pero lo seguía mirando, era una figura multicolor, medias verdes, calzados deportivos rojos, campera inflada amarilla y gorro rosa. Se acercó a ella que apoyó una mano en la empalizada donde se encontraba sentada y le acercó la otra, era de esperarse, llevaba guantes violetas.
___Me llamo Peter, nunca te había vista antes, ¿Sos algo de los Thomson?
___Soy la nieta, me mudé ayer, me llamo Alice y voy a vivir aquí, aunque no me guste. ___Dijo mirando a la descuidada casa de los vecinos Thomson, Frank Y Jessica, un matrimonio mayor bastante insociable.
___No sabía que tenían hijos, bueno, la verdad que no hablan mucho.
___ ¿Esa era tu novia?
___ Algo así, más bien mi prometida, nos casaremos alguna vez…supongo.
___ No me gusta, tiene movimientos artificiales.
Peter sonrió, ella se tiró de su improvisado asiento y comenzó caminar exactamente igual a Laura.
___Ves, camina como una modelo de la televisión, la gente honesta no camina así.
___Estas muy segura de lo que dices por lo que veo.
Ella lo miró seriamente, era realmente una joven que en poco tiempo será una mujer bellísima, pensó Peter con cierta culpa por su imaginación.
___Conozco mucho a la gente, veo mucha televisión, aprendí a conocer a la gente, estoy segura que esa chica no te conviene.
___ Y yo, ¿Qué te parezco?
Alice miró a Peter de arriba abajo, él tenía un vaquero gastado, un saco de pana marrón y unos calzados deportivos blancos.
___Tenés aspecto de universitario pero sos medio viejo, creo que sos profesor, también estás triste.
___ ¡Increíble!, debo reconocerte que acertaste, soy profesor de Historia en Miskatonic, pero eso de viejo no me gusta nada, tengo apenas veintinueve años.
___ Yo tengo once y ya me estoy desarrollando, creo que en cuatro o cinco años podremos hacer una buena pareja. ___Le dijo tomándole las manos y mirándolo con cierto desenfado, Peter las retiró y se dio vuelta para volver a su casa, la chica comenzaba a inquietarlo.
___Creo que voy a entrar, está haciendo frío.
Pasaron los días y se volvió habitual encontrarse con Alice, siempre vestida de colores vistosos, parecía que estaba esperándolo, cuando rompió con Laura, Peter anduvo triste y la jovencita hasta le horneó galletas y llegó hasta la puerta de su casa para compartir con él muchas y largas conversaciones, a fines de ese año recibió una oferta de trabajo de una importante escuela de Canadá.
___Me voy al Canadá Alice, creo que no nos volveremos a ver.
Ella entró a su casa llorando, en pocos meses su amistad se había vuelto tan importante que cuando Peter tomó el tren una semana después, ella se quedó en cama con fiebre y él al dejar Edge City sintió un tremendo dolor en la boca del estómago.
___ ¡Tiene apenas doce años recién cumplidos! ___Se sintió un enfermo y un desquiciado por tener en su mente recuerdos sobre esta chica tan especial que hablaba del mundo, del sexo y de la vida como si en realidad fuera una persona llena de experiencias.
Cinco años después cuando Peter ya había obtenido un buen prestigio como profesor en la escuela Saint Marys, viajó de regreso a los Estados Unidos, precisamente a Nueva York para visitar a un viejo y querido amigo que presentaba una muestra de sus fotografías en la sala Onetti del centro Paracultural.
Caminando entre las fotografías, entre gente desconocida que recorría los salones, llegó a saludar a su amigo y se reencontró con viejas amistades, también fue hasta el bar y pidió un Martini, allí alguien le tocó el hombro con cierto nerviosismo.
___ ¿Peter?
Era una chica alta, algo delgada y pelirroja que lo besó en la mejilla demasiado fuerte y luego se sentó a su lado observándolo con enormes ojos azules y la evidente muestra en su agitación de que estaba realmente conmovida por verlo.
___Perdone pero no tengo el gusto, creo que se ha confundido.
___Bueno, ahora no me visto de muchos colores, ah… y tengo el cabello rojo. ___Dijo mientras se tocaba el abundante pelo. ___Soy yo: Alice, tu novia de tu vieja casa en Edge City.
___ ¡Alice! ___No supo si abrazarla o salir corriendo, habían pasado algo más de cinco años y realmente aquella chica fantasiosa y llena de nervios ahora era una joven mujer de unos dieciocho años con una presencia tan cautivante que Peter comprobó que no pasaba desapercibida en la galería.
___Esta vez no te me vas a escapar. ___Dijo ella.
El supo inmediatamente que no.
Por: Darío Valle Risoto
Se despidió de su novia, siempre era difícil despedirse de ella, aún tras una noche de hacerse el amor era difícil verla subir a su Gol y marcharse rumbo a la ciudad, a lo lejos los rascacielos de Edge City eran como los picos de un horizonte inalcanzable.
Peter se quedó viendo en esa dirección aún cuando ya había tomado el recodo de la ruta y el automóvil se había perdido de vista, su perfume seguía allí y el fresco aire de una noche que se prometía fría.
Entonces reparó en que la despedida de los amantes no era del todo privada.
Fueron sus medias verdes o su gorro de lana rosado, era una niña, casi una adolescente sentada en la empalizada de los Thomson mirándolo con enormes ojos claros y un cabello negro escapando debajo del gorro desmesuradamente grande para su figura desgarbada.
___Buenas tardes.
___Hola.
Iba a entrar pero lo seguía mirando, era una figura multicolor, medias verdes, calzados deportivos rojos, campera inflada amarilla y gorro rosa. Se acercó a ella que apoyó una mano en la empalizada donde se encontraba sentada y le acercó la otra, era de esperarse, llevaba guantes violetas.
___Me llamo Peter, nunca te había vista antes, ¿Sos algo de los Thomson?
___Soy la nieta, me mudé ayer, me llamo Alice y voy a vivir aquí, aunque no me guste. ___Dijo mirando a la descuidada casa de los vecinos Thomson, Frank Y Jessica, un matrimonio mayor bastante insociable.
___No sabía que tenían hijos, bueno, la verdad que no hablan mucho.
___ ¿Esa era tu novia?
___ Algo así, más bien mi prometida, nos casaremos alguna vez…supongo.
___ No me gusta, tiene movimientos artificiales.
Peter sonrió, ella se tiró de su improvisado asiento y comenzó caminar exactamente igual a Laura.
___Ves, camina como una modelo de la televisión, la gente honesta no camina así.
___Estas muy segura de lo que dices por lo que veo.
Ella lo miró seriamente, era realmente una joven que en poco tiempo será una mujer bellísima, pensó Peter con cierta culpa por su imaginación.
___Conozco mucho a la gente, veo mucha televisión, aprendí a conocer a la gente, estoy segura que esa chica no te conviene.
___ Y yo, ¿Qué te parezco?
Alice miró a Peter de arriba abajo, él tenía un vaquero gastado, un saco de pana marrón y unos calzados deportivos blancos.
___Tenés aspecto de universitario pero sos medio viejo, creo que sos profesor, también estás triste.
___ ¡Increíble!, debo reconocerte que acertaste, soy profesor de Historia en Miskatonic, pero eso de viejo no me gusta nada, tengo apenas veintinueve años.
___ Yo tengo once y ya me estoy desarrollando, creo que en cuatro o cinco años podremos hacer una buena pareja. ___Le dijo tomándole las manos y mirándolo con cierto desenfado, Peter las retiró y se dio vuelta para volver a su casa, la chica comenzaba a inquietarlo.
___Creo que voy a entrar, está haciendo frío.
Pasaron los días y se volvió habitual encontrarse con Alice, siempre vestida de colores vistosos, parecía que estaba esperándolo, cuando rompió con Laura, Peter anduvo triste y la jovencita hasta le horneó galletas y llegó hasta la puerta de su casa para compartir con él muchas y largas conversaciones, a fines de ese año recibió una oferta de trabajo de una importante escuela de Canadá.
___Me voy al Canadá Alice, creo que no nos volveremos a ver.
Ella entró a su casa llorando, en pocos meses su amistad se había vuelto tan importante que cuando Peter tomó el tren una semana después, ella se quedó en cama con fiebre y él al dejar Edge City sintió un tremendo dolor en la boca del estómago.
___ ¡Tiene apenas doce años recién cumplidos! ___Se sintió un enfermo y un desquiciado por tener en su mente recuerdos sobre esta chica tan especial que hablaba del mundo, del sexo y de la vida como si en realidad fuera una persona llena de experiencias.
Cinco años después cuando Peter ya había obtenido un buen prestigio como profesor en la escuela Saint Marys, viajó de regreso a los Estados Unidos, precisamente a Nueva York para visitar a un viejo y querido amigo que presentaba una muestra de sus fotografías en la sala Onetti del centro Paracultural.
Caminando entre las fotografías, entre gente desconocida que recorría los salones, llegó a saludar a su amigo y se reencontró con viejas amistades, también fue hasta el bar y pidió un Martini, allí alguien le tocó el hombro con cierto nerviosismo.
___ ¿Peter?
Era una chica alta, algo delgada y pelirroja que lo besó en la mejilla demasiado fuerte y luego se sentó a su lado observándolo con enormes ojos azules y la evidente muestra en su agitación de que estaba realmente conmovida por verlo.
___Perdone pero no tengo el gusto, creo que se ha confundido.
___Bueno, ahora no me visto de muchos colores, ah… y tengo el cabello rojo. ___Dijo mientras se tocaba el abundante pelo. ___Soy yo: Alice, tu novia de tu vieja casa en Edge City.
___ ¡Alice! ___No supo si abrazarla o salir corriendo, habían pasado algo más de cinco años y realmente aquella chica fantasiosa y llena de nervios ahora era una joven mujer de unos dieciocho años con una presencia tan cautivante que Peter comprobó que no pasaba desapercibida en la galería.
___Esta vez no te me vas a escapar. ___Dijo ella.
El supo inmediatamente que no.
FIN
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