The Wolfman
Por: Darío Valle Risoto
Puedo asegurar sin temor a equivocarme que estamos ante la mejor versión y quizás la definitiva sobre El Hombre Lobo, me refiero a un excelente homenaje a aquellas viejas cintas donde Long Chaney jr. encarnaba a Lawrence Talbot, el hombre que debía cargar con la terrible maldición de transformarse durante las noches de luna llena en un hombre lobo.
Muchas son las cualidades de este filme, entre ellas la soberbia elección del elenco, los paisajes naturales o virtuales que son tan opresivos y siniestros que aunque no estuviera la bestia igual nos aterrarían, ni hablar de la mansión y de la perfecta recreación de una Inglaterra de fines del siglo XIX. La música si esto fuera poco está a cargo del genial Danny Elfman que aporta como siempre lo sabe hacer, el justo entorno para que no dejemos de abrir los ojos frente a una historia muy bien ejecutada y prodigiosamente llevada.
Debemos tener en cuenta que durante la época dorada de los estudios Universal, el Hombre Lobo no podía competir contra el monstruo de Frankenstein y mucho menos contra Drácula, igual de todas formas Chaney se las ingeniaba para hacernos temer, pese a que los maquillajes eran toscos y hoy casi nos darían risa.
Sin embargo acá tenemos a Rick Baker haciendo de las suyas en el mismo y por supuesto que las imágenes generadas por ordenador ayudan, pero no serían nada si la historia flojeara, nada más ver la corrida del lobo por los tejados de Londres, la historia de amor y la maldición familiar de los Talbot, para agradecer que aún se conserven aquellos estilos de cine donde había lugar para los monstruos clásicos, creo que junto al Drácula de Copolla de 1992, estamos ante una gran recreación de los personajes que durante casi dos décadas atemorizaron las audiencias gracias a los estudios Universal.
No se la pierdan, pero dejen una luz encendida.
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