Monday, June 21, 2010

Condenado el Corazón

Lo Fatal del Corazón
Por: Darío Valle Risoto

Bueno, a veces es difícil compartir en un medio como la web determinadas sensaciones, pensamientos y los caminos que tomamos quizás sin premeditarlo, de todas maneras uno se resiste a caer y si lo hace ya está duro para los golpes, de todas formas habrá razones para seguir adelante más no sea recordando que uno es en el fondo casi un ser humano que un buen día se reconoce estúpidamente romántico. Nada que un buen licor no cure y esos amigotes drogos que uno guarda no ayuden a superar...
Un poema que recordé de algún recodo de estos recuerdos tramposos, el otro, un tema que escuché el otro día, de ustedes serán las asociaciones posibles, libres y a su antojo...como más lo quieran...

LO FATAL
A René Pérez

Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...
Rubén Darío, 1905

Condenado al corazón
Buitres
Autores: Parodi;Peluffo;Rambao

Yo arrastre mi cuerpo hasta verlo sangrar
solo por arrancarte de mi piel
pero un conjuro de tus labios me envolvió
caí y jure ya no volverte a ver

Ella tiene mi sed atrapada en su palidez
yo llevo en cada mano un puñal
la sombra de tu vuelo y tu ansiedad
los cuerpos fríos al amanecer

Quise evitar la fiebre de tu piel
y ahora que estas aquí no me puedo mover

Malditos tus ojos
tienen condenado el corazón
al juego de su luz

Sus ojos miran como los de un animal
sin lugar a donde escapar
que lame sus heridas y vuelve a correr
sin pensar que habrá una ultima vez

Corrí una noche alejándome
y sin embargo hoy estoy aquí otra vez

Malditos tus ojos
tienen condenado el corazón
al juego de su luz

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