Sunday, November 21, 2010

Música: Dime que escuchas y te diré lo que NO eres.

Música: Dime que escuchas y te diré que NO eres.
Por: Darío Valle Risoto


Si enumeráramos las discusiones absurdas en que nos enfrascamos los humanos cuando no tenemos problemas reales o no sabemos como entretenernos sin molestar a los demás, luego de las que versan sobre fútbol tenemos pegaditas a las contiendas musicales.
Todos indefectiblemente incurrimos en el error de que aquellas bandas o solistas que nos agradan tienden a ser “mejores” que los que no y por lo tanto adherimos a esas filas virtuales de seguidores y/o defensores de aquellos.

Olvidamos que la música es una expresión artística a diferencia del fútbol que no nos vamos a gastar a discutir en este momento. Por lo tanto como expresiones artísticas hay muchas y sería absurdo determinar que por ejemplo: un banco pintado de rojo y azul a rallas es mejor y una obra maestra por ejemplo comparándolo con otro pintado de amarillo y negro a lunares.

Pero nada más mágico en este mundo infame que la música y no creo que hayan muchos seres humanos que puedan salir airosos de su influjo, sin embargo por suerte es tal la gama que cubre esa forma de producir sonidos rítmicos, que sería inabarcable un artículo y deberíamos escribir un ensayo por lo menos.

De todas maneras siempre me quedará en la memoria lo que me dijo un profesor de guitarra: “Hay música simple y música compleja por un lado y a veces  esto no tiene nada que ver con la música que te gusta y la que no”. Así que rápidamente podremos concluir que en una infinita gama de opciones melódicas siempre sabremos que una obra de Beethoven es un tantito más compleja que el mejor tema de Pimpinela, solo por darles un ejemplo sin querer ofender a estos hermanos incestuosos.

Pero indudablemente la música nos identifica así como nuestra forma de vestir, hablar, ir al baño, masturbarnos, etc. De esto inferimos que al tratarse de una expresión artística: La música, no masturbarnos, aunque para algunos sea un verdadero arte. Por tratarse de una expresión artística nuestras elecciones en ese rubro dicen mucho sobre nuestra clase social, nivel cultural y hasta sobre nuestra forma de vida. Si bien es cierto que hay excepciones, de alguna manera nuestra discoteca nos identifica.

Así que podremos encontrar desde aquellos que tienen un gusto digamos: “Ecléctico” que les da lo mismo escuchar a Joe Satriani que a Rodrigo en una evidente sintomatología de electrocución mental a otros que solo escuchan a un artista o género en exclusiva en otra evidente muestra de lo mismo.

Ahora bien: ¿Existe un estilo musical por sobre los demás?
Desde un punto de vista técnico y objetivo por supuesto que sí, vamos a entendernos: Para grabar un disco de Pimpinela con unos meses de estudios musicales mientras masticamos chicle y nos rascamos el tujes podremos sacar algo parecido y hasta un poquitillo mejor, mientras que para escribir una ópera creo que nos puede llevar algo más que meses y hacer globitos rosados con la boca.
Esto no tiene nada que ver con lo que te gusta o no y es probable que si caminas por Montevideo escuches mucho más a estos dichosos hermanos incestuosos que al Barbero de Sevilla.

Por último les cuento que es para mí una inagotable fuente de conocimiento llegar a tomar un café con una chica y que esta me cuente lo que escucha y frases como: ¿Te gusta la salsa?, ¿Vamos al Interbailable? O… ¿Viste que Juan Luís Guerra sacó un Grammy?. Logran inmediatamente el efecto “Flash” en mí, es decir que rompo la barrera del sonido tomando distancia antes que se ponga a “perrear” entre las piernas del mozo que nos trae la consumición.

Así que cuando alguien les caliente la cabeza compartiendo con ustedes su nefasto gusto por aquellas bandas que les producen cólicos y una suerte de salpullido, agradézcanle a la vida que por alguna mágica razón los sentó frente a diversos artistas y les dio la capacidad de elegir porque hay gente que no, solamente escucha lo mismo que las mayorías y… ¿A que no saben?: La mayoría de la gente tiene un gusto de mierda, ni más ni menos.

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