Por: Darío Valle Risoto
Una película del estilo clásico que se remonta a antes del vengador anónimo, donde un padre, esposo o amante gay sale a vengarse de sus seres queridos muertos en forma malévola por quién sabe que móviles siniestros.
Este filme es un perfecto exponente del cine usamericano en el sentido que no busca un ápice de originalidad pero se mueve muy bien sin llegar a la frontera del ridículo aunque por momentos se acerca bastante, sobretodo si pensamos que una empresa económica poderosa como una fábrica de elementos nucleares para el estado no puede en todo el filme eliminar a un simple milico veterano.
Bueno a lo último casi casi pero tarde como deberemos suponer si sacamos la entrada para ver al querido y cristiano Mel, tratando de hacer un héroe posible en este mundo de intereses monetarios y subterfugios estatales.
Las películas que desnudan lo terrible y siniestro del sistema capitalista funcionan y mucho, como especie de pequeñísima válvula de contención de la frustración del ciudadano medio que vive envenenado por el mismo sistema de castas sociales que ayudó a confeccionar.
En síntesis es una buena cinta que no nos va a cambiar la vida pero será entretenida y con eso alcanza, el final está bien elaborado porque llegamos a él esperando que Mel haga lo que hace y el subrayado será una elocuente imagen de él yéndose, presumimos, al cielo con su hija.
No pude dejar de extrañar “Arma Mortal”, será que me pongo viejo y no entiendo que el carilindo Mel Gibson también y últimamente es mejor detrás de las cámaras que delante.
Gibson sediento
Una película del estilo clásico que se remonta a antes del vengador anónimo, donde un padre, esposo o amante gay sale a vengarse de sus seres queridos muertos en forma malévola por quién sabe que móviles siniestros.
Este filme es un perfecto exponente del cine usamericano en el sentido que no busca un ápice de originalidad pero se mueve muy bien sin llegar a la frontera del ridículo aunque por momentos se acerca bastante, sobretodo si pensamos que una empresa económica poderosa como una fábrica de elementos nucleares para el estado no puede en todo el filme eliminar a un simple milico veterano.
Bueno a lo último casi casi pero tarde como deberemos suponer si sacamos la entrada para ver al querido y cristiano Mel, tratando de hacer un héroe posible en este mundo de intereses monetarios y subterfugios estatales.
Las películas que desnudan lo terrible y siniestro del sistema capitalista funcionan y mucho, como especie de pequeñísima válvula de contención de la frustración del ciudadano medio que vive envenenado por el mismo sistema de castas sociales que ayudó a confeccionar.
En síntesis es una buena cinta que no nos va a cambiar la vida pero será entretenida y con eso alcanza, el final está bien elaborado porque llegamos a él esperando que Mel haga lo que hace y el subrayado será una elocuente imagen de él yéndose, presumimos, al cielo con su hija.
No pude dejar de extrañar “Arma Mortal”, será que me pongo viejo y no entiendo que el carilindo Mel Gibson también y últimamente es mejor detrás de las cámaras que delante.
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