Esencia
Por. Darío Valle Risoto
Su sonrisa venía a mi rescate
Siempre a tiempo siempre feliz
Para enseñarme que somos distintos
Pero nos complementamos
Desde que nos descubrimos
Desnudos y sin fundamentalismos.
Yo podía acariciarla durante horas
Y ella amaba ser explorada
Por las patrullas de mis dedos
Que navegaban a bordo del deseo
Por el mar de trigo de sus cabellos.
Recostada contra el marco verde
De aquella ventana del rancho
La pinté de puro atrevido
Con unas viejas acuarelas
Y un pincel de abrazos apretados.
Ella era el regalo de un dios nadie
Que vino por poco tiempo
Ambos sabíamos que el amor
Es una esencia difícil de guardar
Y un buen día solo se evapora.
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