En Ella
Por: Darío Valle Risoto
Una leve calma permanecía entre sus brazos
Un hombre también puede sentirse protegido
A salvo del mundo, del frío y del engaño
Todo cabía entre sus pechos, hasta el sol.
Miraba en sus ojos toda la vida rápidamente
Y le temía más que a la muerte a perder la vida
Sin ella era solo un hueco mi alma, lo sabía
Y mis piernas no me llevarían a ninguna parte.
Cuando me sostuvo entre sus brazos fui un dios
Y hacerle el amor era un viaje al infinito
Cada sonrisa, cada gota de transpiración
Contenía un micro universo de mares perfectos
Y la osadía de ser tan felices
Que nos dolía la cara de tanta risa.
Embriagados del sostenido ego de los corazones
Nos cansó la alegría y jugamos a ser otros
Nos volvimos a presentar en bares oscuros
Y bajamos a sótanos sombríos bebiendo vino.
Incorporamos a otras mujeres en el lecho
Pero siempre sobre las espaldas desnudas
Nos encontrábamos los ojos y sonreíamos
Porque éramos el uno parte del otro.
La rutina nos devoró lentamente
Como se comen los postres más dulces
Y los años nos fueron haciendo más libres
Libres hasta para separarnos y aún así…
Seguirnos queriendo.
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