Épica y espadeos varios
Por: Darío Valle Risoto
¡Suelten al Kraken! Ordenaba Zeus, para que un enorme monstruo, el último Titán, se hiciera cargo de alguna venganza. Unos soldados Griegos peleaban contra nada menos que esqueletos, eran Jason y sus valientes Argonautas y un poco adelante en el tiempo pero no mucho, Simbad iniciaba su séptimo viaje a la aventura.
Cierto día fui a la casa de Wilson Darakjián y escuchamos juntos: “Una de Romanos” un excelente tema de los tantos de Joaquín Sabina y desde luego que recordé la sala del Cine Intermezzo y nuestros ojos ávidos de monstruos, espadeos varios y aventuras de magia y hechizos.
Los hechizados éramos nosotros ante un mundo antiguo donde los dioses podían generar a su voluntad antojadizas aventuras, cuando no maldiciones terribles. Hoy a punto de estrenarse una nueva versión de “Clash of the Titans” puedo volver a recuperar al menos en parte aquella magia infantil y llena de nervios que nos hacía aguantar el pis cuando teníamos ganas, en la misteriosa oscuridad del cine para no perdernos nada.
Hace un tiempo vi 300 y me decepcionó el exceso de imágenes generadas por computadora y me puse a pensar que las animaciones de Ray Harryhausen, eran un juego de niños comparadas con estas virtuales realidades de hoy y sin embargo ¿Por qué me gustan más?
Había cierto sortilegio mágico en esas aventuras, nuestros héroes sabían castigar a los malos con la ayuda de algún extraño ardid que no tenía que ser demasiado real, alcanzaba con que al final de la historia tanto Simbad como Jason o Perseo se quedaran con la chica.
Ver que eran muñecos articulados movidos cuadro por cuadro con suma paciencia, días enteros para hacer unos minutos de vida virtual, eso tenía una magia infinita alrededor que no puede ser igualada.
El cine épico tuvo su tiempo de auge y persistió algo decaído, hay por ejemplo cantidad de películas italianas (Las de Hércules, Sansón y Goliat, juntos o separados, etc.) filmadas en los históricos estudios Cinecitta o en los campos de España, años después se filmó El Señor de los Anillos que quizás sea la más grande obra épica de la historia del cine, pero yo igual recuerdo estas tres joyas y me parece tener diez años allá en el barrio de la Unión comiendo bizcochos mientras nos chistaba el público por el ruido del envoltorio de papel.
A veces mi primo Sergio en la semioscuridad de la sala le pegaba a algún pelado con un bizcocho en la nuca, pero esa es otra historia.
Mi agradecimiento a Dominguez Dvd por colgar estas tres joyas y esperemos que sigan
Por: Darío Valle Risoto
¡Suelten al Kraken! Ordenaba Zeus, para que un enorme monstruo, el último Titán, se hiciera cargo de alguna venganza. Unos soldados Griegos peleaban contra nada menos que esqueletos, eran Jason y sus valientes Argonautas y un poco adelante en el tiempo pero no mucho, Simbad iniciaba su séptimo viaje a la aventura.
Cierto día fui a la casa de Wilson Darakjián y escuchamos juntos: “Una de Romanos” un excelente tema de los tantos de Joaquín Sabina y desde luego que recordé la sala del Cine Intermezzo y nuestros ojos ávidos de monstruos, espadeos varios y aventuras de magia y hechizos.
Los hechizados éramos nosotros ante un mundo antiguo donde los dioses podían generar a su voluntad antojadizas aventuras, cuando no maldiciones terribles. Hoy a punto de estrenarse una nueva versión de “Clash of the Titans” puedo volver a recuperar al menos en parte aquella magia infantil y llena de nervios que nos hacía aguantar el pis cuando teníamos ganas, en la misteriosa oscuridad del cine para no perdernos nada.
Hace un tiempo vi 300 y me decepcionó el exceso de imágenes generadas por computadora y me puse a pensar que las animaciones de Ray Harryhausen, eran un juego de niños comparadas con estas virtuales realidades de hoy y sin embargo ¿Por qué me gustan más?
Había cierto sortilegio mágico en esas aventuras, nuestros héroes sabían castigar a los malos con la ayuda de algún extraño ardid que no tenía que ser demasiado real, alcanzaba con que al final de la historia tanto Simbad como Jason o Perseo se quedaran con la chica.
Ver que eran muñecos articulados movidos cuadro por cuadro con suma paciencia, días enteros para hacer unos minutos de vida virtual, eso tenía una magia infinita alrededor que no puede ser igualada.
El cine épico tuvo su tiempo de auge y persistió algo decaído, hay por ejemplo cantidad de películas italianas (Las de Hércules, Sansón y Goliat, juntos o separados, etc.) filmadas en los históricos estudios Cinecitta o en los campos de España, años después se filmó El Señor de los Anillos que quizás sea la más grande obra épica de la historia del cine, pero yo igual recuerdo estas tres joyas y me parece tener diez años allá en el barrio de la Unión comiendo bizcochos mientras nos chistaba el público por el ruido del envoltorio de papel.
A veces mi primo Sergio en la semioscuridad de la sala le pegaba a algún pelado con un bizcocho en la nuca, pero esa es otra historia.
Mi agradecimiento a Dominguez Dvd por colgar estas tres joyas y esperemos que sigan
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